Una macro
operación de la Policía Nacional ha permitido desarticular una red
internacional de narcotraficantes asentada en España, a la que se le han
incautado 3.530 kilos de cocaína y 9.381.000 euros. En la operación han
participado también la Armada Española, la Agencia Tributaria y las policías de
Portugal, Serbia, Croacia, Montenegro, Australia, Alemania y Reino Unido. Tras varias
fases y cerca de dos años de investigaciones, un total de 69 personas han sido
arrestadas -26 en España y 43 en el extranjero-, entre ellas el líder de la
red, quien, como supuesto ojeador futbolístico, vivía a todo lujo en un domicilio
de Madrid en el que se han hallado 773.000 euros en efectivo. Desde la capital dirigía
a ex militares serbios para importar vía marítima la droga. Para blanquear los
beneficios de la venta del estupefaciente, el líder contrataba a su vez por un
5% a una trama portuguesa de empresas y trabajadores de bancos.
España como trampolín
La red
desarticulada tenía sus principales bases de operaciones en Madrid y Valencia,
aunque sus miembros viajaban con mucha frecuencia a lo largo de España y a
terceros países como Holanda, Hungría, Croacia, Serbia, Montenegro, República
Dominicana, Brasil, Perú, Colombia o Venezuela. Todos estos desplazamientos
buscaban contactar con los proveedores de la cocaína y preparar la logística de
los envíos. Dentro de este esquema, nuestro país suponía destino para la venta
de la droga, así como trampolín para su posterior distribución en el resto de
Europa.
Para
introducir la cocaína en España la red utilizaba cuatro métodos. El principal
era embarcar la droga en buques mercantes que atracaran en Sudamérica y
tuvieran como destino España; una serie de integrantes de la red que trabajaban
como marineros en estos buques se encargaban de asegurar el estupefaciente en
sacas acuáticas herméticas que arrojaban al mar ya en aguas españolas para que
pequeñas embarcaciones de recreo o pesqueras las trasladaran a puertos
deportivos de la costa levantina. El segundo de los métodos es el conocido como
“gancho ciego”, que consiste en, sin el conocimiento de la empresa legal
exportadora, ocultar la droga junto a mercancía legal en el interior de
contenedores precintados, que son abiertos por los narcos en el puerto de
llegada para recuperar el estupefaciente. En tercer lugar, creaban sociedades
mercantiles constituidas con la intención de utilizarlas como “tapaderas” para
introducir la droga en nuestro país. Por último, también utilizaban veleros de
grandes dimensiones para transportar desde Sudamérica a Europa la sustancia
estupefaciente.
50 millones transferidos
Tras vender la
droga transportada desde Sudamérica, el líder de la red pagaba a una segunda
rama en torno a un 5% de los beneficios para blanquearlos. La trama económica,
de origen brasileño-portugués, estaba asentada en Madrid, Barcelona, Vigo y
Lisboa. En estas ciudades contaban con establecimientos abiertos al público
para el envío de dinero. Todos estos establecimientos pertenecían a una empresa
tapadera constituida al efecto y que ha sido cerrada tras la operación policial.
El modus operandi para el blanqueo consistía en recoger en mano el dinero de la
droga, trasladarlo en vehículos caleteados (con huecos que permitían ocultar la
droga) hasta Portugal, ingresarlo en las cuentas de la empresa de envío de
dinero y otras mercantiles conexas al grupo y por último remitirlo a Sudamérica
mediante identidades de personas de Brasil, sin el conocimiento de éstos. De
esta manera, y contando con la participación de trabajadores de entidades
bancarias, los investigados podrían haber enviado más de 50 millones de euros a
Sudamérica en los últimos años.
En total,
durante la investigación se ha detenido a 69 personas en Madrid (22), Valencia
(3), Vigo (1), Barcelona (1), Portugal (28) y otros países (15) como Croacia,
Montenegro o Serbia. A lo largo de dos años, los agentes han bloqueado 107
cuentas bancarias y se han incautado de un total de 3.530 kilos de cocaína y
9.381.000 euros (773.000 de ellos en el domicilio del líder en Madrid), 322
plantas de marihuana en un chalé de Seseña (Toledo), 5 turismos y una
motocicleta, 4 embarcaciones y una pistola.
La
investigación ha sido desarrollada por agentes de la Brigada Provincial de
Policía Judicial de Madrid, con la participación de la Brigada Provincial de
Policía Judicial de Valencia, la UDYCO y la UDEF centrales, GEO, CITCO, Armada
Española, Agencia Tributaria y las policías de Serbia, Croacia, Montenegro,
Australia, Alemania y Reino Unido.
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