Uno de los gallos intervenidos, en una imagen facilitada por la Guardia Civil. Agentes de la Guardia Civil de Valencia investigan a dos personas por celebrar peleas de gallos clandestinas en la localidad de Oliva, y han abierto 36 actas a los espectadores de las mismas por incumplir la normativa covid-19.
La operación, denominada "BASNO2", realizada por la Guardia Civil de Oliva, se saldó también con la intervención de 18 gallos, varios de ellos ensangrentados y con heridas, medicamentos, jeringuillas, productos de cura, báscula de pesaje, sellos de la asociación, talonario de venta de entradas y cuaderno de anotaciones.
Según la Guardia Civil, la investigación se inició el 24 de abril cuando los agentes fueron alertados de que en una nave ubicada en el municipio de Oliva estaban realizándose peleas clandestinas de gallos.
Los agentes establecieron un dispositivo de vigilancia e inspección de las instalaciones donde había unos 200 espectadores, y se procedió a la clausura inmediata de las instalaciones.
En el interior se aprehendieron 18 ejemplares de gallos de pelea, que fueron atendidos por personal facultativo veterinario de la Generalitat (OCAPA) que confirmaron la situación de maltrato animal de los mismos.
En las identificaciones de los asistentes se levantaron al menos 36 actas por infracción a la normativa, y se detuvo al promotor y al titular del establecimiento por el delito de maltrato animal.
En el interior de la nave los organizadores habían construido una "gallera", que es un tipo de ruedo, estilo "ring" de pelea para que los animales pudieran pelear, con utensilios y aparatos para el arbitraje de las mismas.
Los espectadores podían sentarse cómodamente en las gradas construidas a tal efecto y con capacidad para unas 200 personas, con visión tipo ruedo (estilo corridas de toros).
Además dentro de la nave se encontraba una especie de vestuarios con taquillas numeradas para depositar a los gallos mientras esperaban su turno de competición, así como medicamentos, jeringuillas, productos de cura, báscula de pesaje, sellos de la asociación, talonario de venta de entradas y cuadernos de anotaciones.
Durante el tiempo que duraban las peleas los asistentes podían comprar bocadillos y comida en una especie de bar ubicado en el interior de la nave.
Cuando accedieron los agentes al recinto, muchos de los asistentes huyeron saltando por el muro trasero de la instalación a través de los huertos de alrededor.
La utilización de gallos en peleas clandestinas está tipificada como delito de maltrato animal en el Código Penal, recuerda la Guardia Civil. Las diligencias instruidas han sido entregadas al Juzgado de Instrucción de Gandía, en funciones de guardia.
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