La artista
manisera Iris Bonora Esteve expone, desde ayer jueves, su último proyecto
artístico en la sala Ceramista Gimeno de la Casa de Cultura y Juventud de Manises, Crónica de
la memoria para un testimonio colectivo. Un intenso trabajo de investigación
con el que ha logrado recuperar la memoria y la historia de un destacado
espacio cotidiano de Manises, como es la céntrica calle del municipio, Cura
Catalá.
El alcalde
de Manises, Francisco Izquierdo, y la primera teniente alcalde en la ciudad,
Maribel Miquel quisieron, junto a otras autoridades y representantes del
Consistorio local, acompañar a la joven artista en este día, al que tampoco
faltaron sus familiares y los numerosos vecinos que han prestado su
colaboración para que Iris Bonora pudiera llevar su proyecto adelante, un
trabajo que es el proyecto final del Máster en Producción Artística que ha
cursado en la
Universitat Politècnica de Valencia (U.P.V.). “Es un trabajo que he realizado a lo largo de
todo el curso, aprovechando todas las asignaturas cursadas durante el máster.
No obstante, la idea surgió a raíz de la asignatura Tácticas y vinculaciones en
la esfera pública. Me encantan las cosas antiguas, las que guardan recuerdos de
vivencias e historias y pensé que el espacio público más cercano para llevar a
cabo este trabajo era, sin lugar a dudas, mi calle”, explica Iris.
En la sala
Ceramista Gimeno pueden contemplarse 25 retratos pictóricos de los diferentes
vecinos de esta vía y, sobre una mesa camilla, un álbum que junto a un buen
número de fotografías, recoge textos y el material que da vida a este trabajo.
Como añade
Iris, “el proyecto tiene como objetivo recuperar la memoria, el recuerdo, la
huella de vivencias y espacios cotidianos de personas que ocupan o han ocupado
un espacio público común”.
Preguntada sobre con qué se quedaría tras todo
este trabajo de investigación, Iris responde, sin dudarlo, que con “la cercanía
de las personas y el cambio producido entre cómo se vivía antes y cómo vivimos
ahora. Antes la calle era como una ampliación de la propia casa, donde todos
colaboraban y se ayudaban. Ahora la calle sólo es un lugar de paso. Mi objetivo
era conservar lo que antes era la calle Cura Catalá de Manises y
testimoniarlo”.
Para realizar el trabajo, su autora promovió actividades paralelas alrededor
de este proyecto, “para que la gente volviera a salir a la calle y se creara un
clima de confianza con el que dialogar sobre los recuerdos y costumbres,
estimulando la conversación para la recopilación de datos”. Un concierto de
guitarra, una audición de violín, clases
de bailes de salón o tricot, o incluso toma de tensión, han servido para ayudar
a crear “un testimonio de esas personas
y de esa arquitectura en minúsculas que forman una calle durante un tiempo
determinado”, añaden la artista.
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