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Italia sucumbe ante las presiones de la Iglesia y la Rai suspende Física o Química por 'promover los valores homosexuales de la época de Zapatero en España'
El país más homófobo e intolerante de Europa cuenta con la mayor tasa de reprimidos del continente
El PP se mantiene de momento al margen de las presiones de la extrema derecha religiosa y mediática al mantener el matrimonio homosexual
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PERE VALENCIANO
Actualizada el: 02/04/2012
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La italiana Laura Pausini le pone música a Física o Química
Italia, uno de los países más bellos del mundo, es también uno de los más intransigentes y homófobos de Europa y del planeta. El poder de la Iglesia es enorme en un país que acoge en el corazón de Roma al Vaticano, desde donde más presiones han recibido los políticos del país de la bota para legislar de una forma muy conservadora en cuestiones como el aborto o las relaciones homosexuales. Precisamente, la Iglesia podría estar, según han recogido varios medios, en la repentina suspensión de la serie española de adolescentes, Física o Química, al parecer después de que dos de sus protagonistas se dieran un beso. ¿El pecado? Eran chicos. Homosexuales que se querían.
Según recogen varios medios, como Cinemanía, la serie promueve los valores de la España de José Luis Rodríguez Zapatero, cuyo gobierno aprobó las bodas entre homosexuales, una ley que el PP no se ha atrevido a modificar por dos razones: una, porque más de media España saldría a la calle; dos, porque una parte importante de los homosexuales son votantes, militantes o simpatizantes del partido de Rajoy, muchos de cuyos dirigentes -algunos muy notables- son reconocidos gays y lesbianas, en o fuera del armario, siendo este segundo grupo más numeroso.
Pero regresando a Italia, allí la Iglesia siempre ha querido gobernar. Como en España, pero a lo bestia. Y nunca falla una máxima: cuanto más reprimido y menos se acepta uno, más represor, homófobo e intolerante es. Eso es lo que le sucede a la jerarquía eclesiástica vaticana, que ha visto en Física o Química un absurdo medio de propaganda homosexual, como si en Italia hiciese falta una serie juvenil española para que salgan homosexuales de debajo de las piedras. Lo que teme la Iglesia es que los pobres homosexuales italianos, que viven a cientos de miles en el armario dentro de una sociedad reaccionaria y excluyente, se armen de valor y luchen para acabar con el estigma social promovido por la Iglesia, se liberen, como ha sucedido en España, y puedan amarse públicamente, sin temor a que los apedreen, los insulten o los maten. Que sí, que ha habido en los últimos tiempos en Italia ataques homófobos muy peligrosos, sin olvidar otros países del mundo donde todavía es delito y está penado con cárcel, cadena perpetua o la muerte el simple hecho de amar a alguien del mismo sexo.
Es insultante que quienes defienden el amor al prójimo y la sumisión al enemigo poniendo la otra mejilla, promuevan el odio hacia los homosexuales, a quienes desearían ver en las catacumbas, pidiendo perdón y rezando por sus pecados, como hacen ellos mismos cuando se marchan a saunas a dejarse llevar por los instintos más salvajes como consecuencia de la represión sexual que sufren.
Habrá sido desastroso ecónomicamente hablando, pero ni Zapatero es el demonio, ni Física o Química el caballo de Troya que pretende destruir la casta e hipócrita sociedad italiana desde dentro. Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen.