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La directora y guionista francesa Laura Piani debuta tras las cámaras con esta encantadora comedia romántica en clave femenina. Se aleja de los patrones que identifican a las películas procedentes del país vecino y funde certeramente hechuras clásicas con referencias muy actuales. Curiosamente, se aproxima bastante a algunas exitosas producciones británicas del género por el tipo de personajes y la elegancia que exhibe en muchos momentos. Además, los diálogos se impregnan de las ilustres obras literarias que presumiblemente han inspirado a la cineasta. Por su parte, el reparto, que no cuenta con estrellas destacadas, da la talla sin grandes lucimientos.
Agathe sueña con ser novelista y también le gustaría conocer al hombre de su vida. Por ahora, debe conformarse con trabajar en una librería de París, Shakespeare and Company, y sobrellevar la soltería. Inesperadamente, le invitan a pasar unos días en la Residencia Jane Austen. Los descendientes de la famosa autora regentan esta institución para jóvenes prometedores. Así que viaja ilusionada a Inglaterra. Solo tiene la obligación de dedicarse a escribir mientras esté allí. Bloqueada por la inseguridad, recibirá la atención del apuesto pero estirado Oliver, el hijo de sus anfitriones.
El humor y la ironía complementan una historia original, que agradará tanto al público de gusto tradicional como a quienes prefieren propuestas modernas, acordes con los tiempos.
Comienza por describir con detalle a la protagonista, intentando ganarse la empatía del espectador. Seguidamente, va argumentando el recorrido interior que realiza conforme afronta diferentes situaciones, casi siempre impregnadas de matices anecdóticos.
Nunca abandona el talante positivo, que conjuga con unas ligeras notas emotivas en el tramo final. Por eso, en líneas generales, el relato se torna previsible una vez superados los preámbulos. Limitada en sus pretensiones, consigue cubrir las expectativas. A ello contribuye que su metraje (94 minutos) fluya con agilidad.
Presenta una correcta factura técnica. Las acogedoras localizaciones principales le confieren calidez. Acompaña a las imágenes la envolvente y melódica banda sonora que firma el compositor sueco Peter Von Poehl.
La actriz Camille Rutherford (Rosalie Blum, Anatomía de una caída) cumple con el papel principal. Parece una versión remozada de Bridget Jones, aunque sin el mismo gancho. Charlie Anson recuerda demasiado a Hugh Grant. Ha heredado y repite varios de sus gestos. Y Pablo Pauly (Borgo) se conduce con soltura en el rol del amigo que cree haberse enamorado.