Sentados en círculo para consumir la singular mezcla gastronómica La villa de Jérica ha celebrado esta
pasada madrugada uno de los festejos más singulares y tradicionales de la
comarca del Palancia.
Un total de 77 kg. de bacalao, 170 kg.
de nueces, otros tantos litros de vino y un número indeterminado de barras de
pan, se han repartido en la popular “bacalá” que Jérica organiza con motivo de
sus fiestas patronales dedicadas a la Divina Pastora.
Cientos de vecinos y visitantes se
congregaron en la llamada “era de la resbaladera” para dar cuenta de esta
curiosa mezcla gastronómica que este año han aportado los vecinos de las calles
Travesía de la Corte, Bajo Torre, Sobrescuela, Ruejo, Horno Pequeño, San Roque, Castillo, Cambra y San Juan.
La “bacalá” estuvo precedida del no
menos tradicional “vole” nombre con el que es conocido el volteo de campanas,
combinado con el disparo de fuegos artificiales desde la base de la singular
torre mudéjar de la población.
De hecho, tanto el “vole” como la “bacalá”
tienen su origen en los toques de campanas y el agasajo que los vecinos
tributaban a los voluntarios encargados de tocarlas a los que les ofrecían
bacalao, nueces, pan y vino.
Las fiestas de Jérica culminan este
fin de semana con la ofrenda de flores a la patrona La Pastorica, para la
próxima semana cubrir un apretado programa diario de vaquillas y veladas
musicales.
Esperando el momento de la "Bacalá" en la resbaladera
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