Gómez Codina. VICENTE RUPÉREZ
José Gómez Codina acaba de ser nombrado jefe del
servicio de Oncología de referencia en la Comunitat Valenciana, La Fe, donde se
atienden anualmente 1.500 nuevos casos de cáncer, especialmente de mama, colon
y pulmón. Los 13 oncólogos de su unidad cuidan de 30.000 enfermos, a los que
garantizan cada vez más supervivencia, que en el caso de la mama alcanza el
90%, y mejor calidad de vida. Actualmente, el 80% de las mujeres mantienen sus
mamas, con avances moleculares que evitan pautar quimioterapia de manera
indiscriminada y con la inmunoterapia hincándole el diente a los de peor
pronóstico, triple negativo.
No defiende la puesta en marcha
del cribado para cáncer de pulmón, al no haber constatado una probada eficacia
social y reclama más escucha, tanto por parte de los gerentes hospitalarios como
de la Conselleria de Sanitat, para aumentar los recursos humanos y reducir el
coste en fármacos. “No hay nada más caro que un facultativo con prisa y con un
bolígrafo”.
En el de mama, ¿estamos ante
uno de los cánceres más frecuentes?
Es un excelente paradigma de lo
ocurre de manera global en la Oncología, con avances que no sólo abarcan la
investigación sino que benefician a los pacientes. No podemos hablar de mejor o
peor cáncer porque la enfermedad siempre tiene connotaciones negativas pero sus
características facilitan su curación.
En primer lugar, crece en una
parte del cuerpo accesible que propicia que la mujer se lo note, de ahí que se
consulte con el médico en estadios iniciales. Asimismo, está demostrada la
eficacia del cribado de diagnóstico precoz, con mamografías desde los 45 años,
lo que facilita su temprana detección y, por tanto, garantiza altas tasas de curación,
cercanas al 90%.
Ha habido mejorías en todas las
áreas, también en la cirugía. Cuando yo empecé, la mayor parte de las mujeres
sufrían una mastectomía y actualmente no más allá del 20% la necesitan. Antes realizábamos
unos vaciamientos axilares muy agresivos con efectos secundarios muy negativos,
hinchándose el brazo de la mujer. Hoy en día somos mucho más selectivos,
guiados por la prueba del ganglio centinela en el mismo quirófano para discriminar.
Los adelantos en Radioterapia también son espectaculares, de manera que somos
capaces de irradiar de forma más precisa. Hace unos años resultaba habitual ver
toda la piel inflamada y ahora la tolerancia es infinitamente mejor. Incluso en
la inmunoterapia hemos avanzado, para tratar los cánceres de mama triple
negativo, aquellos sin receptores hormonales ni HER2 positivo, pero con peor
pronóstico.
En definitiva, estamos ante un
tumor que demuestra que la suma de esfuerzos consigue de manera real mejorar el
pronóstico de las mujeres.
Y también se ha reducido el
empleo de la quimioterapia.
Sigue siendo un arma importante
que no debemos despreciar pero ahora identificamos mejor a las mujeres que se
pueden beneficiar más. Antes tratábamos a 100 pacientes para beneficiar a 20 y
ahora identificamos a 30 y favorecemos a 20. Y esto ha sido posible gracias a
los estudios moleculares, que han complementado y superado la biopsia clásica
que realizan los servicios de Anatomía Patológica.
Una mujer que haya curado un
tumor en el pecho, ¿es más proclive a desarrollar otro en otra parte del
cuerpo?
En general tiene más riesgo pero
esto no debe motivar ninguna fatalidad ni aumentar el miedo. Los oncólogos
sabemos manejar perfectamente a las pacientes de larga supervivencia y, por
tanto, no se ha de vivir con el susto de desarrollar otra neoplasia.
Con carácter general, ¿cuál es
la población de riesgo?
Para cada cáncer es diferente. El
tabaco es el factor externo reconocible más importante en la aparición de la
enfermedad, como laringe, faringe, pulmón o vejiga. Hay que empezar a hablar
del cáncer como un grupo muy heterogéneo de enfermedades, con realidades
biológicas radicalmente distintas. Siempre les digo a los estudiantes de
Medicina que se están formando en La Fe que no es una esfera de color gris sin
aristas sino una figura geométrica con muchas caras de distintos colores. Estamos
ante más de 3.000 enfermedades.
¿Por qué el de páncreas sigue
siendo el más mortal?
Al ser asintomático se
diagnostica tardíamente y es verdad que hemos conseguido pocos avances.
En estos momentos disponemos
de cribados de colon y mama. ¿Sería partidario de implementar de pulmón?
Es una cuestión peliaguda. Los
cribados en la población sana para intentar descubrir cánceres que no han dado
la cara tienen que demostrar tres cosas: 1.- Diagnosticar tumores más pequeños.
2.- Disminuir el número de muertes por este cáncer. 3.- Demostrar que rebajamos
la mortalidad global de la población. Este tercer factor no está tan claramente
constatado.
Desde el punto de vista
sanitario, resulta muy costoso y ha de probar una rentabilidad social y no
individual. Hay que desarrollar muy bien la infraestructura. Por ejemplo, el
cribado del cáncer de colon ha multiplicado de manera exponencial las
necesidades de colonoscopias en los servicios digestivos. ¿Estamos preparados?
Las unidades afectadas aseguran que no. Un programa con mamografías es más sencillo.
Implementar un programa de cáncer
de pulmón supondría multiplicar los TACs y ningún cribado ha logrado reducir la
mortalidad. Son temas complicados y susceptibles de demagogia. No es que no se quiera
o no se deba sino que la ganancia es tan pequeña que no se justifica.
Si hubiera un plan que garantizara
una mayor supervivencia, ninguna autoridad sanitaria se negaría a implementarlo.
¿Recibimos tratamientos con
las mismas garantías que en EEUU?
Con muchas más aquí en términos
de población general. Allí disponen de los mejores hospitales del mundo pero
con un acceso restringido porque la mayor parte de los ciudadanos reciben una
calidad asistencial infinitamente inferior. En España somos poco conscientes de
la excelencia de nuestro sistema público. Tenemos fallos y carencias pero es
bueno compararnos de vez en cuando, porque disfrutamos de uno de los sistemas
mejores del planeta tierra sin que suponga triunfalismo.
La sanidad pública garantiza un acceso no restringido a fármacos de probada
eficacia para todos los enfermos, que reciben el tratamiento correcto con un
nivel profesional homologable.
¿El cáncer produce altos
niveles de ansiedad?
Es la primera causa de muerte en
nuestro medio y, por tanto, con un alto impacto. Afortunadamente, la mentalidad
está cambiando rápidamente con información más veraz y gran parte de los tabúes
que rodean la enfermedad están mejorando. Se habla más, con un mayor grado de
aceptación pero como cualquier patología susceptible de producir la muerte
tiene un impacto lógico tremendo y por ello disponemos de ayuda psicológica.
¿Se ha de curar y cuidar?
La Medicina en general cura a
veces y cuida siempre y la Oncología es un buen ejemplo de ello. Hay una vieja
frase de un afamado médico de EEUU que decía que de todas las enfermedades
crónicas, el cáncer es la que más se cura y tiene razón porque por ejemplo la
diabetes, la esclerosis o la fibrosis, no. Cada vez posibilitamos vivir más y
mejor.
¿Cómo entender que un niño o
un adolescente desarrollen un tumor?
Como con el resto de personas
aunque indudablemente estamos ante un
grupo muy especial con necesidades asistenciales muy específicas.
La Fe dispone de una
extraordinaria unidad de Oncología Pediátrica que depende de Pediatría. Es
mucho más importante saber manejar niños que fármacos oncológicos. La frontera
son los 14 años pero si aparece un tumor en un niño de 15 años pueden tratarlo
ellos o al revés, nosotros a uno de 14
años por ejemplo. Ahora mismo, estamos conformando una unidad de cánceres
adolescentes para esta frontera a la que me refiero, sobre todo para sarcomas,
linfomas y cerebro, que son las patologías más frecuentes.
Afortunadamente se curan en un
porcentaje muy superior a los adultos.
¿La Fe requiere más medios
como hospital de referencia?
Es el primer servicio que se
fundó en la Comunitat Valenciana y, por tanto, con larguísima tradición. Los
avances en la supervivencia han aumentado también nuestras necesidades en
recursos humanos y esto debemos hacerlo entender a nuestros gerentes. Vemos
superada nuestra capacidad asistencial. Los precios de los nuevos tratamientos
son muy elevados y, por tanto, cuanto más tiempo dediquemos a nuestros
pacientes, aquilataremos mejor las prescripciones y disminuiremos el gasto
global. No hay cosa más cara que un médico con prisa y con un bolígrafo en la
mano. Si dispones de 10 minutos en la consulta, eres más proclive a pautar un
tratamiento que si destinas media hora. Si este concepto lo entendemos seremos
más eficientes. Al final, casi siempre lo más barato es hacer las cosas bien.
¿La Conselleria de Sanitat
debería pedir más asesoría a su servicio de Oncología?
Sí. Es una vieja reivindicación
hacia los políticos en general y a nuestros propios gerentes porque, a veces,
existe una distancia grande entre la dirección y los facultativos y nos gustaría que la información
que se maneja fuera más veraz. Si se nos dota de más personal, habrá menos
gastos en fármacos pero esta operación tan sencilla aún no se realiza.
¿Los centros de salud están
valorados como corresponde?
No y son la parte más importante
de la cadena. Si cuidas la base, mejorarás la sociedad. Todos los esfuerzos que
desarrollemos en medicina primaria serán buenos para el conjunto de la Sanidad
y de la población. Tengo una enorme admiración por mis compañeros de Medicina
Familiar y uno de los objetivos que me he marcado es disminuir barreras para
integrarlos como parte de un mismo equipo.
¿Se sienten bien pagados?
Hay una frase de San Agustín que
me encanta y que dice: Si me considero no valgo nada pero si me comparo valgo
mucho. Si nos comparamos con nuestros homólogos portugueses, ganamos justo la
mitad. Otra cosa es si miramos nuestro entorno social porque, en este caso,
estamos en una situación privilegiada. No me suelo quejar porque el salario no es mi primera preocupación.
Vivimos con dignidad.
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