José Salvador Tárrega, en un momento de la entrevista en su despacho en la dirección general. / EPDAUbicuo, presidente vecinal reivindicativo, empleado público que conoce el engranaje de las administraciones, licenciado en Derecho con posgrado en Derecho Civil Valenciano… con esa trayectoria José Salvador Tárrega Cervera asumió hace dos años la Dirección General de Participación y Transparencia de la Generalitat. Entre sus objetivos sobresale mejorar esas dos facetas que tantas veces aparecen en programas de los diferentes partidos políticos como si de mantras se tratará, y también la del control de altos cargos. Su área de gestión se expande igualmente a las conocidas como casas de Valencia en el exterior. Este mes cumple la mitad de su mandato.
Pregunta: Usted destacó en Valencia como máximo responsable de una asociación vecinal reivindicativa ante las instituciones. Ahora contempla la realidad desde otra perspectiva prácticamente opuesta. ¿Cree que ha podido aportar su bagaje a la labor diaria de la Administración?
Respuesta: En 2019 hubo un intento de pelotazo urbanístico en mi barrio para edificar dos edificios de 13 y 16 alturas en un espacio destinado a uso público. Nació la asociación de vecinos de Penya-Roja. Pedimos paralizar ese proyecto y diálogo, que no hubo. Tuvimos que ir a los tribunales y ganamos hasta en tres ocasiones. Nosotros queríamos que ejecutaran los equipamientos previstos. María José Catalá me solicitó colaboración y yo lo hice convencido de que el PP era una buena opción para evitar ese pelotazo. En cambio, si seguía el gobierno que había entonces se construirían los edificios. Luego me llamó Carlos Mazón como president de la Generalitat y le dije que sí porque, efectivamente, se podría afirmar que en lo que respecta a participación he sido cocinero antes que fraile.
Y, antes de adentrarnos en el resultado y las acciones en la dirección general, ¿consiguió ese objetivo de paralizar la construcción de edificios con el cambio de gobierno en Penya-roja?
Existe un compromiso personal de la alcaldesa para construir un centro de salud y jardín en Penya-roja.
Retomando la participación, una palabra que en los últimos años forma parte de la esencia de la retórica política, ¿cómo la ha impulsado en la práctica desde que se encarga de la dirección general que la regula?
Estamos a punto de crear un Consell de Participació sin políticos, algo inusual. Hasta la fecha las asociaciones que lo han configurado han sido pocas y sesgadas, sin entidades culturales, que son mayoritarias en la sociedad valenciana (fallas, peñas, fiestas…). No se puede idealizar la realidad y no ver quién forma parte de ella. Hemos aplicado cambios y ya no solamente hay asociaciones vecinales y de consumidores. Por poner un ejemplo, Amics del Corpus lo conforman más de mil personas, funcionan de manera muy democrática y también suponen tejido asociativo, por lo que hay que contar con ellos. O las amas de casas Tyrius son, en muchas zonas del interior de la Comunitat Valenciana, casi el único tejido asociativo existente. O asociaciones del ámbito juvenil del mismo modo hemos incorporado.
Y además de este organismo, ¿qué acciones han ejecutado que contribuyan, a pequeña escala, a incentivar la participación?
En Castellón celebramos un congreso de innovación con sesión sobre la utilización de la inteligencia artificial en participación, tenemos un centenar de municipios en la red de gobernanza, estamos desarrollando el proyecto Tú haces democracia para superar la desafección entre los jóvenes hacia la política, que lo trasladamos a 3º y 4º de ESO o con visitas de centros educativos a las instituciones para que el alumnado interactúe con funcionarios y altos cargos, hemos desempolvado la iniciativa del Consejo de Casas Regionales, que lo constituiremos en septiembre… En definitiva, estamos tratando, insisto, de desarrollar una política de participación realista para que perviva el tejido asociativo y que, por ejemplo, se supere la brecha digital.
Recalca lo del tejido asociativo como un aspecto al que cuidar desde el punto de vista de la participación. ¿Cree que hay un riesgo de regresión en ese tejido si la Administración no se implica en potenciarlo?
Desde luego, resulta muy necesario e importantísimo para canalizar todas las reivindicaciones de la ciudadanía. El derecho a participar no se limita a votar en unas elecciones, sino que se puede practicar durante el conjunto de la legislatura. Por otra parte, conforme más pequeño es el municipio el efecto de las ayudas para potenciar la participación resulta más destacado precisamente con el fin de revitalizar ese tejido asociativo. Aunque bien es cierto que en los pueblos con menos población la participación se lleva a cabo de manera muy directa porque trasladan sus peticiones al mismo alcalde cuando se lo cruzan por la calle.
Una faceta que a veces no se recalca lo suficiente, y a la que antes ha aludido de pasada, consiste en la proliferación de centros valencianos en el exterior, de las conocidas como casas de Valencia. ¿Cuántas existen en la actualidad?
Resulta encomiable lo que hacen los centros valencianos en el exterior. Forman parte de ellos descendientes de valencianos que aman su patria y quieren seguir donde están, pero que hacen todo lo posible por continuar vinculados a sus raíces. Nombran falleras mayores, belleas del foc, gaiateres… En Pamplona disparan mascletà y tocan el pasodoble Amparito Roca. Suelen venir en Fallas, en Hogueres, y los integramos en la fiesta desde 1958, cuando llegó aquel primer barco de Fallas procedente de Argentina y Chile. Existe una fallera mayor de México, con su banda individualizada. Respondiendo a su pregunta, en total hay 43 casas regionales, incluyendo precisamente la recién creada de México. Formentera ha pedido su consideración, y en Suiza estamos tramitando la de su centro para que pueda ser reconocido.
Vamos a adentrarnos en la segunda faceta de su dirección general con una pregunta directa. ¿Qué ha aportado para impulsar la transparencia el actual gobierno de la Generalitat?
Contamos con GVA Oberta, la web más vista del Estado. Cierto que la mayoría que entra visita perfiles de políticos para saber lo que cobran o qué bienes poseen. Es algo humano y estoy encantado de que la gente quiera conocer lo que gana cada responsable público. En esa plataforma también se publican todos los decretos y los informes de los diferentes departamentos. Este año hemos añadido el registro de algoritmos, que es el más completo de España.
¿Y esto último qué beneficio reporta a la ciudadanía en su relación con la Generalitat?
Ahora tenemos 10 algoritmos y queremos llegar a 30. Se trata de códigos informáticos para prelaciones que simplificarán selecciones en Labora o localizaciones geográficas, o cuestiones sanitarias. Publicaremos informes de esos códigos de algoritmos, qué empresa los ha elaborado y en qué se están utilizando. Lo haremos con total seguridad y transparencia, convencidos, además, de que formarán parte del futuro.
En esa línea de transparencia, su dirección general asume el control de altos cargos. ¿Cumplen todos con los requisitos que les exigen de publicidad de bienes, currículos, incompatibilidades…?
Realizamos un exhaustivo control de compatibilidad y de supervisar denuncias que puedan llegar por conflictos de intereses, tanto a cargos públicos como a altos funcionarios. Además, contamos con Regia, el registro de grupos de interés, para detectar si alguien trabaja con empresas, una medida que si se hubiera aplicado a nivel estatal hubiera resultado complicado que se produjeran los casos de corrupción conocidos. Igualmente, por ejemplo, la publicidad de las agendas de altos cargos se lleva a rajatabla y todos los regalos que recibimos también se difunden. En mi caso, por ejemplo, incluso la ensaimada que me entregaron de la Casa de Valencia en Mallorca y que compartimos en Conselleria. Tenemos que publicar hasta si alguien vende un coche de segunda mano y la renta de todos, incluso de los cesados.
¿Cree que esos controles suponen un muro de contención efectivo contra la corrupción en la Generalitat Valenciana?
Lo que sí puedo asegurar es que somos absolutamente transparentes. Lo digo con orgullo, porque hay otras administraciones que no aplican estos parámetros anticorrupción. Comprendo que todas estas exigencias que aplicamos pueden desincentivar a algunas personas para ocupar altos cargos en la Generalitat. La mayoría, de hecho, estamos por vocación. Quien piense que a la política se viene a ganar dinero tiene mucha fantasía. Prima la satisfacción de aportar ese servicio público, pero no resulta sencillo.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia