 El exdelegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana y excargo del PP Serafín Castellano, en una imagen de archivo. EFE/Manuel Bruque
                    El exdelegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana y excargo del PP Serafín Castellano, en una imagen de archivo. EFE/Manuel BruqueEl Juzgado de Instrucción número 19 de Valencia ha archivado la causa 
abierta por las adjudicaciones concedidas desde varias Consellerias que 
fueron dirigidas por Serafín Castellano a las firmas de un empresario y 
amigo ya fallecido, José Miguel Pérez Taroncher.
Según consta en 
un auto del citado juzgado, facilitado por el Tribunal Superior de 
Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), el juez hace suyo el 
criterio de la Fiscalía y rechaza las alegaciones esgrimidas por la 
Abogacía de la Generalitat, que pretendía mantener vivo el proceso.
Tras
 diversos archivos parciales, los hechos objetos de investigación 
quedaron circunscritos a las adjudicaciones concedidas a las empresas 
Construcciones Taroncher y Asociados SL y Construcciones DV 4 por las 
Consellerias de Sanidad, Gobernación y Justicia durante el tiempo en que
 Castellano ocupó los cargos de conseller.
El primer periodo 
comprendería desde el 23 de mayo de 2000 hasta el 21 de junio de 2003, 
cuando Castellano era conseller de Sanidad.
Tras indicar que el 
año 2000 carece ya de relevancia penal, el juez informa de que en los 
años posteriores se han examinado los expedientes de contratación y se 
observa que el 47,83 % de los contratos fueron tramitados por 
procedimiento negociado o abierto, y uno por enriquecimiento injusto.
El
 resto fueron contratos menores y la misma Intervención de la 
Generalitat concluye que "no se obtiene evidencia documental suficiente 
para apreciar la existencia de un fraccionamiento de contratos al objeto
 de evitar la pública concurrencia".
La segunda etapa investigada
 corresponde al periodo 2004-2010, durante la cual Castellano no ostentó
 la titularidad de la Conselleria de Sanidad, a pesar de lo cual las 
firmas del empresario Taroncher obtuvieron contratos por 4,1 millones de
 euros.
"Dado que en aquel momento Castellano no era titular de 
la Conselleria, no es posible atribuir a dichas contrataciones indicios 
de criminalidad, ya que fueron decididas por un tercero ajeno a este 
procedimiento y sin vínculos personales con el empresario".
No 
obstante lo anterior, si se compara la evolución de los contratos entre 
ambas etapas -indica el juez en su escrito- "tampoco se observa una 
variación relevante en el volumen de adjudicaciones entre una y otra que
 permitan anudar en el primer periodo la estrecha amistad del 
contratista con el órgano de contratación".
"Es más -subraya el 
juez- en esta segunda etapa el 22 % de los contratos se tramitaron por 
medio de procedimiento negociado o abierto, el 44 % se satisfizo 
mediante expedientes de enriquecimiento injusto y el resto, una cifra 
similar a la de la primera etapa, se tramitó como contrato menor. Por lo
 tanto, el análisis de las contrataciones de este segundo periodo 
refuerza la legalidad de las del primero, excluyendo indicios de 
criminalidad".
La tercera etapa correspondería al periodo 
2007-2008, cuando desde la Conselleria de Gobernación se adjudicaron a 
las referidas empresas contratos por 171.034 euros.
En estas 
operaciones, según la Intervención de la Generalitat, "se constata la 
concurrencia de todos los requisitos que definen la existencia de 
fraccionamiento de contrato".
Sin embargo, el juzgado considera 
que "no todo fraccionamiento de contratos debe ser calificado como 
irregular y reconducido a la vía penal. En el ámbito administrativo, el 
fraccionamiento de contratos está permitido, debiéndose atender o no a 
la unidad funcional de las prestaciones objeto de los distintos 
contratos para calificarlo como fraudulento".
En consecuencia, el
 juez concluye que "no se ha constatado, como exige la jurisprudencia, 
la existencia de interés espurio que acredite que la autoridad o 
funcionario administrativo actúa con plena conciencia de que resuelve al
 margen del ordenamiento jurídico, por lo que no disponemos de indicios 
suficientes para considerar estas contrataciones como constitutivas de 
ilícito penal".
Por otra parte, Castellano, que también ocupó el 
cargo de delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, está 
investigado en una causa que dirige la Audiencia Nacional sobre el 
supuesto amaño de contratos para la extinción de incendios, una supuesta
 responsabilidad en la que habría incurrido durante su etapa como 
responsable de la Conselleria de Gobernación.
A raíz de esta 
causa, una operación policial derivó en la detención de Castellano y 
otros procesados en enero de 2016, cuando se descubrió que esta presunta
 trama de amaños afectaba a seis comunidades autónomas (Comunitat 
Valenciana, Cataluña, Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha y 
Extremadura).
A los investigados se les imputan los delitos de 
organización criminal, malversación de caudales públicos, cohecho, 
prevaricación y falsedad en documento público, entre otros.									
                        
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