José María Chiquillo Barber. /EPDAEn medio de las conocidas agitaciones geopolíticas en el escenario mundial, los observadores y expertos en España no han prestado, en mi opinión, la debida atención a los últimos acontecimientos en Kazajstán, un país centroasiático clave para España situado en el corazón de la Ruta de la Seda.
Conozco muy bien este país, ya que lo visité en 2015 como miembro del Congreso de los Diputados de España, en el marco de la misión de observación de las elecciones presidenciales en Kazajstán.
Visitando los colegios electorales de la capital y hablando con la gente, ya llegué a la conclusión de que en este antiguo país soviético hay una sociedad que está madurando y que aspira a un gran cambio político.
Estoy convencido que en el 2019, cuando el pueblo eligió como Presidente de Kazajstán a un diplomático profesional, Kassym-JomartTokayev, que durante diez años dirigió el Ministerio de Asuntos Exteriores, ocupó los cargos de Primer ministro y Presidente del Senado, ya tenía una visión clara del camino futuro del país.
Una vez convertido en Jefe de Estado, Kassym-JomartTokayev no sólo anunció, sino que aplicó una serie de importantes reformas políticas, cuya importancia, en mi opinión, aún no se ha apreciado plenamente en la Unión Europea.
En concreto, el primer paquete de reformas se presentó en diciembre de 2019 en una reunión del Consejo Nacional de Confianza Pública, que reunió a destacados políticos y representantes de la sociedad civil, incluidas las ONG de la oposición.
En marzo de este año, ya se habían aplicado un total de cuatro grandes paquetes de reformas políticas. Entre sus principales resultados destacaría: la reducción del umbral de inscripción de los partidos políticos, la introducción de una cuota del 30% de mujeres y jóvenes en las listas de los partidos, la adopción de una ley fundamentalmente nueva sobre los mítines, la despenalización de la difamación y la humanización de varios artículos del Código Penal, y la abolición de la pena de muerte.
Sin embargo, nadie había adivinado hasta dónde estaban dispuestos a llegar los dirigentes kazajos en la transformación política de un país cuya importancia en términos económicos trasciende la de una potencia regional.
El 5 de junio de 2022 ocupará sin duda un lugar especial en los libros de historia de Kazajstán. Ese día, el país celebró un referéndum nacional sobre las enmiendas constitucionales destinadas a reforzar el papel del Parlamento, ampliar las oportunidades de desarrollo de los partidos, mejorar el proceso electoral y reforzar la protección de los derechos humanos y las libertades. El mundo occidental acogió con satisfacción tanto el contenido como el resultado del referéndum.
Según datos oficiales de la Comisión Electoral Central de Kazajstán, el 77% de los ciudadanos que participaron en el referéndum se pronunciaron a favor de las enmiendas, que afectan a 33 artículos de la Carta Magna del país.
Las principales modificaciones de la Constitución son la ampliación de los poderes del Parlamento, la formación del Mazhilis (Cámara Baja) mediante un sistema electoral mixto, la reducción de la cuota presidencial en el Senado, la abolición de la pena de muerte, la posibilidad de que los ciudadanos recurran directamente al Tribunal Constitucional y la prohibición de que los familiares del Presidente ocupen altos cargos en el gobierno.
A partir de ahora, el Presidente no será miembro de un partido político, y los Akims (jefes de regiones y ciudades) no podrán dirigir simultáneamente las organizaciones regionales de los partidos, lo que aumenta significativamente el grado de evaluación crítica de sus actividades cotidianas.
Al mismo tiempo, Tokayev declaró que las reformas políticas en curso deben ir en paralelo con las reformas económicas integrales destinadas a construir una economía verdaderamente de mercado, libre y competitiva.
Como señaló Tokayev,” tenemos que crear reglas de juego transparentes y justas en los negocios, erradicar todos los monopolios artificiales y poner una barrera fiable a la corrupción”. Es necesario revisar la legislación, que ha contribuido a la concentración de los recursos económicos del país en manos de un pequeño grupo de personas y les ha proporcionado excesivas preferencias.
Me impresiona el hecho de que el Presidente de Kazajstán hable de todo esto de forma directa y abierta, sin tratar de enmascarar los problemas del pasado, que deben ser abordados de forma efectiva. Además, de acuerdo con su Decreto, se ha creado una Comisión Interdepartamental para la devolución de los fondos retirados ilegalmente del país y la devolución de los activos privatizados ilegalmente a la propiedad del Estado.
Creo que las empresas occidentales perciben con gran optimismo las reformas de Tokayev, destinadas a mejorar el clima empresarial y de inversión, en definitiva de garantizar seguridad jurídica a las inversiones.
Al mismo tiempo, la ajustada y equilibrada política exterior del Presidente de Kazajstán permite minimizar el impacto de las sanciones antirrusas en la economía del país, que creció un 5,6% en los cinco primeros meses de este año.
Kazajstán ha encontrado el equilibrio adecuado con Rusia, con la que comparte la frontera más larga del mundo. Sin violar el régimen de sanciones, ha seguido manteniendo un régimen comercial mutuamente beneficioso. El año pasado se invirtieron 45.000 millones de dólares en el comercio con los países BRICS (Brasil, Rusia,India,China y Sudáfrica).
Sin embargo, los países de la Unión Europea siguen siendo el principal socio comercial de Kazajstán, con un volumen de negocio total de 29.000 millones de dólares. La inversión extranjera directa de los países de la UE en la economía de Kazajstán en 2021 ascendió a 10.100 millones de dólares, un 24,3% más que el año anterior.
El 20 de junio, el Ministro de Asuntos Exteriores de Kazajstán, Mukhtar Tileuberdi, asistió a la 19ª reunión del Consejo de Cooperación República de Kazajstán-Unión Europea. La parte europea estuvo representada en las conversaciones por Catherine Colonna, Ministra de Asuntos Exteriores del país queactualmente preside en el Consejo de la UE, Francia.
Durante las conversaciones, las partes se pronunciaron a favor de profundizar en asociaciones mutuamente beneficiosas en el ámbito de las fuentes de energía renovables, la extracción y el procesamiento de metales de tierras raras y el hidrógeno "verde". Se prestó especial atención a la importancia del potencial de transporte y logística de Kazajstán, en particular la vinculación del nuevo programa de la UE "Global Gateway" con la "Ruta de Transporte Internacional Trans-Caspio".
Creo que España, que tiene un Acuerdo de Asociación Estratégica con Kazajstán, seguirá siendo en un futuro próximo uno de sus socios clave en la UE, lo que debería verse facilitado por nuestra presidencia en la Unión Europea en 2023.
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