Una joya paisajística, no solo por su belleza, sino también por su alto valor ambiental. L’Albufera es el gran pulmón verde de la ciudad de Valencia, por estar solo a unos pocos kilómetros del centro urbano. Sin embargo, la presión a la que está sometida por la cantidad de poblaciones que se encuentran a su alrededor y el elevado número de usos que soporta, la ha dejado al borde del colapso.
Por este motivo, el Consell ha prometido llevar a cabo un proyecto integral para “salvar l’Albufera” mediante un conjunto de acciones a corto y medio plazo que den respuesta a los problemas que presenta el lago y que estará dotado con 240 millones de euros. Pero, ¿cuáles son los principales retos a los que se enfrenta l’Albufera?
CALIDAD DEL AGUA
Mejorar la calidad del agua en el lago es, sin duda, el principal desafío al que se enfrentan las administraciones con respecto a l’Albufera. El humedal necesita aportes de calidad del Xúquer y frenar la entrada de agua contaminada. Es la reivindicación general de todos los sectores relacionados con el Parque. Y es que, muchos municipios sigan enviando aguas residuales y pluviales mezcladas al humedal y el colector Oeste sigue expulsando agua en épocas de temporal. Sin embargo, las aguas residuales derivadas de las deficiencias de depuración ineficiente no son el único problema, los contaminantes químicos y de origen agrícola que llegan hasta el parque también son causantes de esta situación que está provocando la regresión de la fauna y la flora.
CANTIDAD DEL AGUA
Lograr un sistema de aportes de agua idóneo para el humedal es uno de las principales necesidades de este Parque Natural. Y es que, contar con un sistema de regulación de entrada y de salida del agua va estrechamente ligado a la calidad de las aguas. Solo una cantidad de agua idónea permite la oxigenación y el desarrollo de la vida en el Parque. Sin embargo, los sistemas actuales dan lugar a momentos de riesgo por el bajo nivel de la misma y situaciones en los que l’Albufera necesita reducir sus niveles ante la incapacidad de almacenar más. Como ejemplo, si en el mes de diciembre los técnicos municipales dieron la voz de alarma respecto a la pérdida de caudal del lago, tras la borrasca Gloria se tuvieron que emplear las bombas de desagüe para acelerar el vaciado de los aportes extra, especialmente de los salinos procedentes del agua del mar.
PROFUNDIDAD
¿Dragado sí o no? El debate está sobre la mesa, y es que la acumulación de sedimentos es un serio problema que provoca que la profundidad del lago sea cada vez menor, con las consiguientes consecuencias negativas para la fauna y la flora. De acuerdo con fuentes municipales, la profundidad media en el lago es de unos 60 cm. Este hecho limita la mejora de la calidad del agua y el aumento de la misma. Estudios de la UPV señalan que el vaciado y limpieza del humedal costaría cerca de 300 millones de euros.
PAJA DEL ARROZ
La quema de la paja de arroz es un problema medioambiental recurrente que se da sobre todo en los meses de otoño. Su combustión genera enormes cantidades de CO2 y, por ende, altos niveles de contaminación en todo el núcleo urbano. Precisamente, cuando los miles de campos de arroz de l’Albufera, tras cosechar, queman esta paja llegan a cubrir por unos días el cielo de humo negro. Del mismo modo, su acumulación produce la putrefacción del naterial con las lluvias, lo que causa la anoxia de los peces por falta de oxígeno. La búsqueda de medidas sostenibles para aprovechar este residuo agrícola es una tarea todavía pendiente.
CAMBIO CLIMÁTICO
El avance del cambio climático es una de las más graves amenazas del Parque Natural. Y es que, el aumento del nivel del mar está incrementando los niveles de salinización del agua del humedal. Una situación que previsiblemente se agravará en los próximos años y que provocará cambios en la vida de esta biosfera con el crecimiento previsto. Un correcto cuidado de las dunas en las playas frente a l’Albufera y del bosque de la Devesa podría mitigar las consecuencias de este cambio.
EQUILIBRIO EN LOS USOS
Usos agrícolas, deportivos, turísticos, residenciales o de recreo. El Parque Natural está sobreexplotado por la polivalencia del mismo y la necesidad de diferentes sectores de la población de nutrirse de él. Encontrar un equilibrio se percibe una tarea compleja en la que todos los interesados deberán de hacer sacrificios con el único objetivo de proteger el parque para que no entre en colapso.
MEJORA DE LOS ACCESOS
La CV-500 vive un colapso continuo. La congestión de tráfico es la norma habitual todos los fines de semana y festivos a lo largo del año, y la estampa es casi diaria durante los meses de la temporada estival. La carretera hacia Valencia y también en dirección a los municipios de la Ribera se vuelve intransitable. Esta realidad es una de las principales denuncias de los vecinos de la zona y también de los negocios de hostelería que hay junto al Parque, que aseguran que los problemas de tráfico son uno de los grandes motivos desincentivadores para asistir a sus locales. La mejora del transporte público y mejores dotaciones para el transporte sostenible podrían arreglar la situación de un espacio que está entre los preferidos por los valencianos para disfrutar del tiempo libre.
RENTABILIDAD DEL ARROZ
El sector arrocero valenciano colapsó la capital del Turia recientemente, con la presencia de más de 300 tractores, para rechazar los planes que maneja el Gobierno de recortar hasta un 50% las ayudas de PAC a los arroceros. En este sentido, no solo está en juego la viabilidad económica del arroz, sino también la preservación de los parques naturales como l’Albufera, ya que gracias a la agricultura, se han convertido en espacios de alto valor ecológico. “Sin arroz, serían un cañar plagado de mosquitos”, señalan desde Ava-Asaja.
CONTROL DEL TURISMO
La pandemia ha producido cambios en el turismo, fruto de ello es el auge que están viviendo los pueblos de interior en estos meses de cierre perimetral, tanto en los puentes de invierno como en Semana Santa. Ante este nuevo paradigma, son varios los espacios naturales que han puesto la voz de alarma ante el aumento de visitantes y sus consecuencias sobre estos parajes. Evitar esta situación es una obligación de la administración.
INVESTIGACIÓN Y DIFUSIÓN
L’Albufera sigue siendo una gran desconocida, incluso para los valencianos. Los beneficios y los problemas que sufre el humedal son en muchos casos incognitas para los habitantes. Se precisa, por tanto, que se realice una mayor explicación ambiental y más divulgación de los valores del parque a través de los centros de interpretación y los centros educativos. Además, se debe incrementar la investigación sobre la realidad de l’Abufera y su futuro. Cada vez son más las voces que claman por invertir en el aumento del conocimiento para proteger el parque, Aplicar el conocimiento científico, las nuevas tecnologías, y la inteligencia artificial, son tareas pendientes y resultarían muy útiles en un sistema hídrico tan complejo como es l’Albufera.