El autor, con sus fotografías El miércoles se inauguró la exposición
L´ Orxateria, por Jose Luis Abad; la convocatoria a la inauguración de la exposición fue todo un éxito en el que reunieron amigos y conocidos del mundo de la moda y del arte, entre los que se encontraban Nona (Noelia Navarro), Rafa Sánchez, Valentín Herraiz, To Campos, Josep Lozano, Jarr, Carlos Serra, Manuel Rius, Angel Aguado entre otros.
Durante el cocktail pudimos ver diferentes "performances" por Ricardo Warhol y Glammniss Glam, que repartieron orxata i fartons a los invitados a la vez que iban mostrando las fotografías de la exposición.
La exposición permanecerá en el Cómic hasta el día 15 de Septiembre.
EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA
- LA ORXATERIA -
El artista fotográfico José Luis Abad realiza el desafío de experimentar con la horchata (l”orxata”) una metáfora de la abundancia en momentos de crisis. Su naturaleza pretende plasmar la oposición existente entre el consumo salvaje y la crisis galopante ante un mercado que nos obliga a expulsar todo lo engullido en los años anteriores. Con el blanco que te quiero blanco, blancas bocas y blancas caras, el artista muestra los excesos de una sociedad que busca obtener ese precario equilibrio entre lo que deseamos tener y experimentar frente a la incapacidad manifiesta de lograrlo, porque al beber horchata derrochamos deseos intensos, pero los derramamos constantemente por el aquí y ahora, lo inmediato frente a lo duradero, lo líquido y acusador en cuanto se nota en los labios el pecado cometido. Porque el exceso de horchata es habitual y costumbrista, es valenciano y chauvinista. De excesos hemos vivido, excesos hemos deseado, pero cuando hemos parado el deseo se torna malsano. En definitiva, José Luis Abad realiza un muy acertado experimento sociológico de personajes de Valencia, muy representativos y localistas, muy excesivos y deseosos, pero que consiguen alcanzar esos deseos que lo prohibido trata de eliminar de la sociedad por excesivo. Lo punitivo queda reflejado en cada personaje cuando la horchata comienza a manejar el deseo individual a partir de unas sobras en el bigote, en la cara o en el cuerpo, lo que nos lleva a retratar a una tierra excesiva, derrochadora y con bigote de horchata. Una tierra excesiva y colorista, cosmopolita y urbana que camina con nuevo rumbo hacia lugares todavía por construir. Y es que ya no sirven los lugares comunes ni los excesos de la horchata.
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