Captura tuit. EPDA
Algo no debe haber hecho bien el
alcalde, Joan Ribó, con el proyecto L'Ull de València cuando al
menos dos de sus más destacados compañeros en Compromís -Vicent
Marzà y Joan Baldoví- han tenido que salir a las redes a hacer
bromas para minimizar la importancia de una inversión millonaria
(125 millones, 120 metros) que él rechazó.
El proyecto
consistía en erigir una noria gigante en La Marina de València, al
estilo del London Eye. Pero al alcalde no le gustó la idea. Declaró
que prefería que la zona fuera un punto de paseo y de encuentro,
de práctica de deportes náuticos,
de innovación y de gastronomía. Los promotores vieron falta de
interés y se fueron con la noria a otra parte.
Ahora
la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís (Ciudadanos), ha
anunciado que se va a reunir con los promotores “del
proyecto que desechó Ribó para buscar localizaciones para esta
nueva atracción turística y cultural. Madrid es el refugio de lo
que el populismo expulsa”.
Marzà, que no se sabe muy bien qué
pinta en esta historia, la ha contestado en Twitter “Hola Begoña,
creo que te has quedado corta en tu lucha contra el PoPulismo,
todavía puedes prometer: Circuito urbano de Fórmula 1; la visita
del Papa; Ciudad de la Luz. No olvides decir siempre: 'No costará ni
un euro a los madrileños'”.
Baldoví, con un humor sospechosamente
parecido, ha tuiteado que “Ahora si contratas la noria gigante te
llevas de regalo una macroampliación del puerto sin ningún estudio
medioambiental previo. Llama ahora”. Factoría Compromís.
Los
promotores dicen que con cinco años de espera a que el alcalde les
dijera “si sí o si no” han tenido bastante. Desde Ciudadanos en
València, Fernando Giner
tuiteaba “lo dije en el #Pleno,
cualquier inversión millonaria y que puede generar empleo en
Valencia, debe ser atendida personalmente por el alcalde”. Y la
portavoz popular, María José Catalá, añadía que “sería
muy triste que proyectos que ha sido ofrecidos a Valencia se
conviertan en iconos de la imagen de otras ciudades por la dejadez
del alcalde”. Igual resulta que todo se reduce a un problema de
falta de vista o de mal ojo de Ribó.
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