Teresa Ortiz. /EPDA
Todos nosotros estamos expectantes ante un año venidero políticamente muy intenso, en el que las elecciones municipales serán en mayo, coincidiendo previsiblemente con las autonómicas valencianas. Y las nacionales, muy posiblemente, en noviembre.
Dentro de la montaña rusa política en la que nos encontramos, no sería descartable tampoco que se pudiera dar una situación de adelanto electoral con respecto a las autonómicas o a las nacionales, dependiendo de las oportunidades que puedan vislumbrar los socialistas para mantenerse al frente del Palau de la Generalitat o en La Moncloa. Todo dependerá del interés o no de Ximo Puig de desmarcarse de Pedro Sánchez y de hacer sobrevivir artificialmente a sus hoy necesarios socios de ultraizquierda; y por parte de Sánchez, de su interés por hacer madurar el rédito que pueda sacar de las municipales y de cumplir con plenitud su objetivo personal de ostentar la presidencia de turno de la UE.
En este contexto, hay que señalar que la coyuntura económica y social internacional que se nos avecina no es positiva para los ciudadanos de a pie y nos encontramos con un gran número de políticos populares y socialistas incapaces de poder gestionar la compleja situación en la que nos encontramos actualmente y que tiene visos de que nos encontraremos en los próximos años. Por lo tanto, no es de extrañar que si bien el PSOE no puede vender una gestión eficiente en las instituciones, tenga que aupar sus "supuestos liderazgos" a través de la política municipal. Lo mismo le ocurre al Partido Popular, un partido que a nivel nacional se presenta como alternativa al Sanchismo, pero que nos presenta una vuelta a la derecha más tradicional. Esa derecha que, sumida en casos de corrupción, llevó a España a los brazos de Pedro Sánchez, en mi opinión, el peor presidente de la historia de la democracia española.
Mi partido, Ciudadanos, siempre se ha definido por tener liderazgos claros. Primero el de Albert Rivera y ahora el de Inés Arrimadas. Estos liderazgos, junto con la valía de nuestros candidatos provenientes de nuestra afiliación, nos ayudaron a tener una representación de más de trescientos concejales en la Comunidad Valenciana, 14 alcaldías y 18 diputados autonómicos. En las pasadas elecciones autonómicas y municipales fuimos la esperanza de muchos valencianos, que veían en nuestro partido la posibilidad de otorgar gobiernos no a políticos profesionales, sino a profesionales de la Sociedad Civil, quienes concurrieron con ganas de llevar a la política lo que durante años habían desarrollado con brillantez en el mundo laboral.
En Ciudadanos nos centramos esta etapa absolutamente experta y madura de nuestra trayectoria política en el concepto del municipalismo. Nos enfocamos en dar voz a los concejales, alcaldes y afiliados que día a día escuchan a pie de calle los problemas e inquietudes de sus vecinos. Por este motivo, en junio del 2021, Ciudadanos nombró a Fernando Giner, nuestro portavoz en el Ayuntamiento de València, responsable de municipalismo a nivel nacional.
Sobre el trabajo enfocado al ámbito municipal, quiero destacar que los últimos meses han sido muy intensos en reuniones municipalistas con varios encuentros a nivel nacional, entre los que destaco uno el pasado mes de julio en Paracuellos y otro, a principios de octubre, en Madrid. Nuestro partido se rearma escuchando a los representantes institucionales, que a su vez escuchan a los ciudadanos día a día.
El 6 de septiembre de 2022, con el nombramiento de Fernando Giner como candidato a la alcaldía de València, se daba el pistoletazo de salida para los nombramientos de los demás alcaldables de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana, que se irán realizando poco a poco, valorando el trabajo, la valía y el conocimiento que nuestros futuros representantes han demostrado en sus municipios.
Desde esa fecha, han sido nombrados ya treinta y siete alcaldables y otros muchos se irán nombrando a lo largo de los próximos meses, hasta configurar nuestras futuras listas para las elecciones de mayo del 2023. Esta es la única fecha inamovible que se presenta en el próximo calendario electoral. La política municipal es la más real y tangible, la que día a día intenta resolver los problemas más cercanos y diarios de los ciudadanos y por la que nuestros representantes públicos apuestan firmemente.
Durante las últimas semanas he escuchado voces a través de los medios de comunicación que apostaban porque directamente Ciudadanos no se presentara para dejar el camino libre a las formaciones de derechas. Los cargos internos de los partidos de derechas que abogan por esa rendición demuestran su falta de interés por sus conciudadanos y su único interés por ocupar sillones públicos. Acaparar mayorías absolutas eliminando rivales y desear perpetuarse es la antesala de la corrupción, de la que, por desgracia, tanto hemos sufrido los españoles a causa del oligopolio del bipartidismo.
Nunca me he dejado llevar por las modas políticas y siempre he votado en base a criterios de practicidad. Creo que cuantas más opciones políticas existan en el espectro político más beneficioso y enriquecedor es para la democracia. Como ya conté anteriormente, cuando era pequeña, mi abuela me enseño que las mayorías absolutas no son buenas, que los políticos tienen que aprender a negociar y que solo así se consigue el bienestar de un país.
Históricamente siempre he votado dependiendo del programa, independientemente de las encuestas políticas. El voto útil es el voto que ayuda a tener un país mejor y no el que elimina a los partidos del medio para acabar en los extremos. Otro tema sería analizar si el sistema electoral español es el correcto y por qué, durante años, los partidos regionalistas, ayudados por una ley electoral injusta, han conseguido maximizar su representación para apoyar al bipartidismo. Un bipartidismo que ha demostrado no poner a España en el lugar que se merece. Recuerdo a un taxista francés, en un viaje de trabajo, que me comentaba que España era un gran país gracias al trabajo de los españoles, teniendo en contra el desgobierno de sus políticos.
Ciudadanos es la única opción política en la Comunidad Valenciana que defenderá los intereses de los valencianos, que controlará la corrupción y que trabajará por las necesidades prioritarias de la ciudadanía. Ciudadanos se preocupa por la financiación autonómica y por la cultura valenciana sin imposiciones nacionalistas y con libertades. Para mí eso es "voto útil", un voto programático y no en base a modas o tendencias.
Los afiliados de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana ya demostramos el pasado 9 d'Octubre que estamos por y para los valencianos, estando significativamente presentes en la Procesión Cívica.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia