Página completa publicada en la edición de El Periódico de Aquí del 15-7-16. Enrique Noverques y Rosario Gómez protanizan una de esas historias de amor de cuento de hadas y que en breve será redonda ante los ojos de Dios, pues se darán el ‘Sí quiero’ en la Iglesia de Santa María de Sagunto. Rodeados de familiares y amigos, estos dos falleros ilustres de la capital de Camp de Morvedre, que se conocieron en el ayuntamiento de Sagunto cuando la derecha política se llamaba UCD, están dispuestos a cumplir uno de lo sueños de ella, pasar por el altar.
La política los unió allá por los años 80 y durante un tiempo lo llevaron en secreto, hasta que acabó la legislatura y Rosario le dio un amoroso ultimátum: ‘‘ahora o nunca’’. Comenzó así su noviazgo oficial, que celebran cada 1 de septiembre desde 1988.
Vida en microondas
La vida en común comenzó en un ‘microondas’, como denominaban al pequeño apartamento donde pasaron los primeros momentos de vida en común. ‘‘Hacía mucho calor y era muy pequeño. La cama era el sofá, y si invitaban a dos personas a cenar uno tenía que cenar con la silla en el balcón’’, recuerdan en el entorno familiar de los contrayentes.
El 25 de junio de 1993 nacía Rocío. Por aquel entonces vivían en Puerto de Sagunto, encima de Benetton. En 1992, Rosario Gómez fue fallera mayor de Teodoro Llorente. Enrique Noverques trabajaba en Lepe por aquel entonces y al finalizar las fallas, ‘‘le dio a elegir entre ser fallera mayor de junta o tener una hija’’. Se optó por lo segundo. Sin duda, una familia muy vinculada a las fallas del Camp de Morvedre a lo largo de sus años, hasta el punto de que Noverques fue presidente de la Junta Fallera y Rosario, secretaria.
Ceremonia civil
Otro momento importante para la historia de esta gran pareja sucede el 26 de noviembre de 1994, cuando se casaron por lo civil en El Puig. Fue durante un Rocío, una de las pasiones de Enrique, yendo con su mejor amigo, cuando decidió darle la sorpresa a Rosario. Tres años más tarde, el 24 de octubre de 1997, nacía Candela, genio y figura.
En 2001, la familia Noverques-Gómez se traslada a vivir a Sagunto.
Después vino algún que otro bache de salud, del que salió victorioso Noverques.
El proceso fue tomando forma poco a poco, hasta llegar el 50º aniversario de Rosario. Ante numerosos amigos, en el restaurante Les Panses, Enrique le regaló los papeles con los que empezaba la nulidad de su anterior matrimonio.
La concesión de la nulidad llegó en septiembre, pero no se hizo público hasta el día del cumpleaños de Enrique, en el transcurso de una cena muy especial en el local de Ricard Camarena en el Mercado de Colón, en Valencia. Allí, ante familiares y amigos, le pidió matrimonio por la Iglesia y, ahora, ese sueño se va a hacer realidad.
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