Vicente Javier Más Torrecillas. /EPDAHe de reconocerlo: Begoña Carrasco ha llenado de amor la ciudad de Castellón. Es una gran alcaldesa, de esas que dejan huella. ¡Cómo ha cambiado la imagen de nuestra ciudad! Es un orgullo y satisfacción pagar impuestos con los que sufragar su espléndido sueldo, casi de ministra. Ahora sí que veo que está bien invertido. Castellón se ha llenado de amor.
Uno pasea tranquilamente y descubre cómo la ternura y el afecto se ha adueñado del gobierno municipal. Ya marcó el camino la propia alcaldesa al nombrar a su marido en las primeras fiestas del Grao que gestionó como mantenedor, o lector del pregón, o … daba igual lo que fuese. El amor tenía que mostrarse por alguna parte. Y su partenaire le devolvió con ternura ese afecto presentándole muchos amigotes (algún día tendrá alguien que atar cabos).
Visto que la gran alcaldesa de la ciudad, a la que no votó más de la mitad de Castellón, derrochaba amor, sus intelectuales concejales se pusieron manos a la obra. El pequeño mandarín tiene cerquita a su amor, aunque no se sabe muy bien por qué aparece una empresa de pasteles y panes de por medio. El concejal que no paga multas y se las hace pagar a los demás, Cristian Ramirez, hizo lo propio con su amor juvenil. La concejal de Fiestas, Noelia Selma, derrocha amor con su pareja en la Junta de Fiestas. Más amor en el Grao y hasta amor a uno mismo, monoamor, como el concejal de Barrios, Francisco Cabañero, que se ama tanto que ha decidido concederse a sí mismo un puesto de funcionario en su propia delegación.
Si es que, el amor es lo que tiene, que lo llena todo. Hay tanto amor, tanta afinidad y armonía entre los seres que pueblan el universo carrasquil, que incluso tienes que subdividirlo. Como el pequeño mandarín, que debe guardar un poquito de su corazón para los badenes que pueblan la ciudad o para ir de aquí—payá.
Sí, love is in the air. ¿Qué más da que Castellón sea cada vez más ignorada por Valencia? ¿O que haya más delincuencia, más basura, más paro, más decadencia? Eso es lo de menos. El amor está ahí gracias a Begoña Carrasco. Neurotransmirores, hormonas y feromonas. Es la neuropolítica del amor. La historia, la cultura y la evolución ha girado en gran parte en torno al amor, por eso debemos estar orgullosos del universo carrasquil y su banda. La mentira permanente en la que viven es poca cosa frente a la grandeza del amor. ¡Practíquelo ustedes! ¡Enchufen por amor a sus parejas! Es un consejo patrocinado por Carrasco.
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