Trabajdora/EPDALa recogida selectiva de residuo textil por parte de Humana Fundación Pueblo para Pueblo ha aumentado un 10% en la Comunitat Valenciana en 2021.
Así se desprende del balance realizado por la entidad, que el
año pasado recuperó más de 1.330 toneladas
de textil usado para darles una segunda vida con un beneficio ambiental y
social. La reutilización del textil es clave para la economía circular y la
creación de empleo verde, por ello esta organización apuesta desde hace 35 años
por dar una segunda vida a las prendas que no se utilizan.
La entidad sin fin de lucro recuperó 1.331 toneladas el
año pasado por 1.210 del ejercicio anterior, lo que se traduce en un incremento
del 10%. El residuo textil (ropa, calzado, complementos y textil
de hogar) se deposita en los contenedores situados en
la vía pública, gracias a acuerdos con ayuntamientos, entidades y empresas
privadas.
Las toneladas recuperadas equivalen a 5,4 millones de
prendas que son clasificadas en las plantas de preparación para la
reutilización que Humana tiene en l’Ametlla del Vallès (Barcelona). La mayor
parte tendrá una segunda vida: el 50% se puede reutilizar
y más del 35%, reciclar.
“Estamos satisfechos del incremento y sobre todo muy
agradecidos por las donaciones de los ciudadanos. Sin embargo, no es
suficiente: el sector tiene un problema y es que todavía se recupera poco
residuo textil”, afirman desde la delegación de Humana en la Comunitat
Valenciana.
El 40% de la ropa que tenemos en los armarios no se
utiliza en todo un año y se calcula que cada ciudadano desecha entre 20 y 30 kg
de textil anualmente. Según los informes más recientes, en España se genera
anualmente más de un millón de toneladas de residuos textiles, pero se recogen
110.000 toneladas.
“Apenas representa algo más de un 10% de lo que
generamos en nuestros hogares; el resto se tira en otras fracciones y acaba
finalmente en un vertedero. Son cifras alarmantes, aún más cuando la recogida
selectiva tiene un enorme potencial, dado que el 50% del residuo textil se
puede reutilizar y más del 35%, reciclar”, asegura la entidad e insiste: “Es
importante que se deposite en un contenedor de ropa; resulta obvio, pero casi
el 90% del residuo textil no acaba en el punto de recogida adecuado”.
La reutilización del textil usado contribuye a la
reducción de las emisiones de CO2: por cada kg de ropa recuperada (y
no conducida a un centro de tratamiento de residuos para su incineración o
disposición final) se evita la emisión de 6,1 kg de CO2, según un estudio de la
Federación Humana People to People. Las 1.331 toneladas recuperadas el año pasado en la comunidad han evitado
la emisión de 8.123 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Por otro lado, los recursos obtenidos con la gestión
del residuo textil permiten la creación de empleos verdes (Humana genera un
empleo indefinido por cada 30 toneladas de textil recogido) y financian
programas de desarrollo en los países del Sur de la mano de contrapartes o
socios locales.
Los retos del sector a corto y medio plazo
El sector de la gestión
del residuo textil tiene ante sí un escenario de crecimiento potencial,
teniendo en cuenta estos factores:
·
La
nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados establece
objetivos ambiciosos a las entidades locales en relación a la prevención,
recogida, preparación para la reutilización, reciclado y valorización de
residuos. Entre otras acciones, determina que todos los municipios deberán
establecer una recogida separada para el residuo textil antes de 2025 (hoy en
día no están obligados a ello), lo que impulsará la recuperación.
·
Esta
nueva norma prohíbe la destrucción de excedentes no vendidos de productos
textiles. Estos excedentes deberán destinarse primero a canales de
reutilización, como la donación, y “cuando esto no sea posible, a la
preparación para la reutilización”.
·
En
un plazo máximo de tres años desde la entrada en vigor de la Ley de Residuos
deberán desarrollarse iniciativas que derivarán en uno o varios sistemas de
Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP). Aquellos que pongan los productos
textiles en el mercado deberán, dentro de tres años, asumir los costes y la
gestión de residuos que genera su producto, como ya existe para otras
fracciones.
·
Mejorar
la ratio de recogida selectiva, que actualmente apenas supera el 10% del
residuo generado, pasa inevitablemente por incrementar el número de
contenedores en la vía pública (la proporción actual es de un contenedor de
textil por cada 4.700 habitantes y la idónea es de uno por cada 1.000 o 1.500)
y por otras medidas que lo complementen principalmente en las grandes ciudades
como soluciones puerta a puerta, bajo demanda o la recogida en determinados
locales comerciales.
·
Es
ideal convertir el residuo post-consumo que no puede ser reutilizado en fibras
textiles o hilatura reciclada con la que producir parte de nuevos tejidos. Pero
es un proceso costoso: la tecnología existe, pero el coste de obtener estas
fibras recicladas aún no es competitivo.
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