Trabajadores sanitarios del hospital La Fe de Valencia, en un momento de descanso. EFE/Kai Försterling/Archivo La ocupación en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de algunos hospitales españoles han llegado a ser del 200 por ciento durante la crisis del coronavirus, pero en la mayoría está cambiando la tendencia, la presión está disminuyendo y se observa un “equilibrio” entre el número de ingresos y de altas.
Así lo asegura en una entrevista con la Agencia EFE el vicepresidente de la Sociedad Española de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), Álvaro Castellanos, quien destaca que se está viendo que la cuarentena y el distanciamiento social “están teniendo efecto” en la disminución del número de casos.
Castellanos, jefe de servicio de Medicina Intensiva en el Hospital La Fe de Valencia, destaca que en la Comunitat Valenciana, donde la pasada semana se producían incrementos diarios de entre el 20 y el 30 por ciento de casos, este domingo el aumento fue del 2 %.
“El número de ingresos hospitalarios por infección por coronavirus está disminuyendo significativamente y eso tiene su repercusión en las UCI”, afirma Castellanos, que añade que parece que en toda España “hay una meseta, se ha estancado el incremento de casos”.
No obstante, precisa que no puede generalizarse porque “todavía hay UCI que tienen mucha presión y siguen recibiendo pacientes que tienen que trasladar a otros hospitales, como por ejemplo en Madrid” .
En otras autonomías, como la Valenciana, “la meseta la vemos clara” porque desde hace cuatro días “prácticamente estamos estabilizados en un número en torno a los 430 ingresos”, y también Castilla y León y Barcelona “parece que se están estabilizando y equilibrando”, ha precisado.
Según Castellanos, aunque la tendencia general es a equilibrar el número de ingresos y altas “todavía la mayoría de las UCI" tienen "una ocupación muy alta, porque estos enfermos muy graves tienen estancias muy largas, de hasta cuatro semanas".
Explica que la tensión del profesional sanitario depende del hospital en el que trabaje, ya que algunos “se han sobresaturado, han llegado al límite y han multiplicado por dos y en algunos casos por tres las camas de críticos” y el personal, además, ha tenido “jornadas muy largas” y muchos de ellos “han renunciado a sus días y horas libres por ayudar”.
“En algunos hospitales como los de Madrid, Barcelona, Castilla y León o Castilla-La Mancha, ha habido una ocupación por encima del 200 por cien y el personal, lógicamente, está cansado”, subraya a EFE.
En el caso de La Fe de València, el ritmo de ingresos “ha permitido asimilar perfectamente la situación, acomodarnos y entrenarnos bien, y tenemos menos tensión que en otros sitios aunque también estamos llenos”, explica para añadir que los profesionales de este centro cuentan con ayuda psicológica o sesiones de relajación o concentración.
Respecto al material de protección que han recibido los profesionales de las UCI, indica que hay “diferencias” entre comunidades autónomas y también entre hospitales. Los lugares en los que ha habido un incremento masivo y rápido de casos “no estaban preparados, no había previsión de compras de equipos de protección individual. Me consta que en algunos hospitales de Madrid han faltado equipos”, subraya.
Castellanos destaca que en los hospitales españoles se ha hecho un “uso responsable de material. Hemos diseñado un planning para hacer un uso eficiente de los equipos sin incrementar los riegos de contagio en previsión de una posible escasez”, asevera.
Nuestro país, asegura, “nunca” ha vivido “una pandemia así, una situación de tratamiento de tantos pacientes graves de forma simultánea” y destaca la elevada capacidad de contagio del coronavirus y las formas “muy graves” a las que puede llegar.
Según explica, el espectro de edad del paciente que ingresa en la UCI “es amplio”, y aunque también afecta a gente joven y sana, un 60 % de los ingresados es mayor de 60 años y más de la mitad tiene alguna enfermedad crónica.
A su juicio, la administración ha hecho un “esfuerzo grande” por intentar ayudar pero la situación “ha sobrepasado todas las expectativas posibles. Nadie pensaba que este problema iba a tener la dimensión que luego se ha visto”.
“A posteriori se ve que tenía que haber habido más anticipación en las medidas, más prevención, más esfuerzos en la detección de los infectados, haber tomado antes medidas de confinamiento. Esfuerzos se han hecho pero el problema es que se ha ido por detrás”, asegura Castellanos, para quien ha faltado una mayor coordinación territorial para la gestión de la crisis.
No obstante, añade que “afortunadamente el tema del material se está solucionando, se están recibiendo respiradores y equipos necesario para tratar a los pacientes y se están montando hospitales de campaña para evitar el colapso de algunos hospitales”.
“No hay duda de que esta epidemia finalmente se controlará”, subraya para añadir que ahora mismo hay incertidumbre respecto a las medidas que se van a tomar el mes próximo, cuál va a ser el ritmo de recuperación de la vida normal y de la economía, si se hará un gran número de test para comprobar si las personas están infectadas o si se tomarán medidas de protección como el uso de mascarillas.
Por último, señala que esperan “no volver a vivir en las UCI la situación de ingresos masivos de enfermos con neumonía por coronavirus. Es probable que sigan ingresando pacientes por lo menos este mes y el que viene, pero a un ritmo mucho más lento”.
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