Los agricultores de Valencia arrojan frutas y verduras frente al Consulado de Alemania como acto de protesta. //FOTO EPDA
Los efectos del brote infeccioso de los pepinos en Alemania ha
afectado a la agricultura hortofrutícola del Camp de Morvedre. Y es
que, a pesar de que se haya confirmado que el mal no proviene de
ninguna parte de España, el daño ya está ocasionado y la comarca
no ha pasado inadvertida para este nuevo problema que le ha surgido a
la agricultura española sin ser responsable de ello.
Los agricultores de la comarca del Camp de Morvedre se dedican
mayoritariamente al sector de los cítricos, pero existe un pequeño
porcentaje que cultiva hortalizas y fruta, principalmente tomates,
melones y sandías. Es precisamente a este pequeño colectivo al que
mayor le ha afectado esta situación generada por el gobierno alemán.
Así mismo lo manifiesta el delegado de la Asociación de
Agricultores de Valencia (AVA) en Sagunto, Francisco Campillo, quien
ha criticado que la polémica de los pepinos “está afectando a
todos los niveles, también a melones, sandías, albaricoques y
tomates. Los almacenes de frutas y hortalizas están paralizados por
culpa del jaleo que ha montado la señora “Cornelia” (en
referencia a la presidenta de Alemania, Angela Merkel)”.
El problema, según argumenta Campillo, es que tras el anuncio del
Gobierno de Alemania en el que se daba por hecho que los pepinos
supuestamente infectados por la bacteria E-coli provenían de la zona
de Andalucía, “se ha desprestigiado tanto a los productos de
España a nivel europeo, que va a costar mucho volver a la
normalidad, volver a lograr la confianza en el exterior de que somos
los mejores exportadores de verduras y fruta fresca”.
Todo ello ha ocasionado una enorme preocupación entre los
agricultores del Camp de Morvedre. “No nos sentimos afectados, pero
este desprestigio nos puede perjudicar sobre todo en los tomates y en
los melones, que junto a las sandías, comienzan ahora la temporada”,
lamenta el presidente de AVA en Sagunto.
Incluso los temores van más allá, y Campillo teme que esta “mala
fama otorgada por el Gobierno alemán, pueda también afectar a la
próxima campaña de cítricos de la comarca, pues muchos almacenes
trabajan con empresas de Europa y otros países del exterior”.
“Desprestigiar cuesta muy poco, pero llevar nuestros productos a lo
más alto cuesta muchísimo”, matiza Campillo.
Para los agricultores del Camp de Morvedre, el Gobierno de
Alemania “no ha sabido reaccionar con rapidez y no ha sabido
tampoco perdonar. Lo mismo que anunció que se trataba de pepinos de
España, ahora debe pedir disculpas”.
Desde la Generalitat Valenciana, la consellera de Agricultura,
Pesca y Alimentación, Maritina Hernández, ha reclamado a las
autoridades de la Unión Europea y al Gobierno español el
establecimiento de un procedimiento ágil y sencillo para evaluar las
pérdidas ocasionadas en el sector hortofrutícola por el brote
infeccioso en Alemania y canalizar rápidamente las indemnizaciones
correspondientes a productores y empresas afectadas.
Y es que se deben cuantificar las pérdidas por el producto que ha
sido devuelto, así como el que se encuentra en tránsito y no ha
sido recibido al paralizarse las compras por parte de las cadenas de
distribución.
También se debe tener en cuenta el producto que, estando ya listo
para enviar, no ha salido debido a la cancelación de pedidos; así
como aquel que se ha quedado en campo y se ha deteriorado al no ser
recolectado. Por último, hay que atender a la caída de precios que
se está produciendo en el mercado por el daño a la imagen, pero
también por el desplazamiento de la oferta por parte de frutas y
hortalizas procedentes de otros países.
Un
nuevo frente al que sin comerlo ni beberlo deben afrontar los
agricultores del Camp de Morvedre, que ha ocasionado un grave
problema social al poner en peligro puestos de trabajo en una
situación económica general donde lo que menos falta hace es
destruir más puestos de trabajo.
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