Compromís, un monstruo con varias cabezas. AG La cuenta atrás para mayo de 2023 se acelera. Y es que, conforme se acerca la próxima fecha de los comicios municipales, la necesidad de abrir un debate en Compromís para encontrar el candidato idóneo para ser cabeza de lista por la ciudad de Valencia es un secreto a voces. No es un asunto baladí. Especialmente si el actual alcalde, Joan Ribó, que abrió las puertas del consistorio a la izquierda tras 24 años de gobierno popular, decide no optar a la reelección.
Por el momento, el primer edil tira balones fuera, pero no es la primera vez que el mandatario ha dejado caer en público la necesidad de descansar. Especialmente teniendo en cuenta que, de repetir, se presentaría a elecciones con 75 años, lo que le llevaría a rozar los 80 años en activo en una hipotética tercera legislatura. Ahora bien, habría deslizado la opción de volver a encabezar la candidatura si tiene margen de maniobra para confeccionar la lista.
Ribó por tercera vez
Compromís se ha convertido en un monstruo con varias cabezas en forma de liderazgo y muchos todavía albergan esperanzas en que Ribó opte a presentarse a las elecciones, aunque finalmente decida no agotar la legislatura y ceda la vara de mando a su número dos. Tanto los sondeos internos como las encuestas públicas coinciden en señalar al catalán de Manresa como un candidato consolidado en la capital valenciana y que goza de una opinión pública aceptable para ser el candidato más rentable una vez más. Lo cierto es que el actual regidor ha optado por jugar al escondite en cada una de sus grandes crisis de gobierno, lo que le ha hecho ganarse el apodo del “alcalde desaparecido” por parte de los grupos de la oposición. Una estrategia que parece haberle dado buenos resultados. Sin embargo, el primer edil ha sido claro, no tomará una decisión hasta 2022.
Mónica Oltra
En el caso de que Ribó decida dar un paso a un lado, la actual vicepresidenta del Consell y, sin duda, la cara más mediática de la formación a nivel nacional, se postula como una de las favoritas a dar el salto a la alcaldía de la capital. Públicamente grandes pesos pesados de Compromís, como Fran Ferri, han dado su visto bueno a que Oltra cambie de escenario político. De esa manera, de paso, se dejaría vía libre al conseller Vicent Marzà para ser el candidato a la Generalitat. Sin embargo, su salida de les Corts Valencianes dejaría una enorme sombra de difícil cobertura en unas elecciones autonómicas que serán complicadas para el bloque de izquierdas, tanto por la posible desaparición de Podemos, como por la reciente popularidad que viene ganando el bloque de las derechas.
También estaría en su contra su perfil de política de garra, frente al tono más relajado de Joan Ribó o de su delfín, gran afín a Oltra, Sergi Campillo. No obstante, a su favor juega el mero hecho de ser mujer, en unas elecciones en las que tanto PP como PSOE contarán con candidatas femeninas (Catalá y Gómez), y a la espera de ver si Rocía Gil se postula como sustituta de Fernando Giner en Ciudadanos.
Sergi Campillo
El vicealcalde debería ser el sucesor natural de Ribó si finalmente Oltra opta por mantenerse en la política autonómica. Y es que, el de iniciativa ha tenido que torear con todos los grandes conflictos que han amenazado el pacto del Rialto, como la crisis en la EMT o las desavenencias continuas entre ambos socios de gobierno. Su elección como número dos de Ribó en el Consistorio se entendió precisamente como una de las muestras de poder de la vicepresidenta del Consell a nivel local y una manera de frenar el ascenso de otros aspirantes de corrientes distintas en su carrera hacía la sucesión del alcalde. ¿Qué juega en su contra? Su alto desconocimiento en la ciudadanía frente a otros concejales, los cuales pese a gozar de menos poder político cuentan con carteras mucho más mediáticas.
Carlos Galiana
El tercer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Valencia se encuentra también en las quinielas a alcaldable. El responsable vio su momento de oro al sustituir a Fuset en Cultura Festiva y al frente de la portavocía del grupo en los plenos. Sin embargo, la complicada gestión de la suspensión de las fiestas de las fallas, el espectáculo generado en la selección de la Capital Europea de la Innovación -que le valió el apodo de ‘Monchito’- y las críticas por la Cabalgata de Reyes con aglomeraciones en pleno auge de la tercera ola, le hicieron ir perdiendo posiciones. Habrá que analizar su avance político en los próximos meses, después de que el concejal haya también sumado a sus éxitos la organización de las primeras grandes fiestas de Europa tras la pandemia, un victoria que se suma a su aplaudida gestión al mando de los mercados de la ciudad en el pasado.
Pere Fuset
El regidor era, sin duda, la segunda cara más conocida de Compromís en la ciudad, tan solo por detrás del alcalde. Al frente de la portavocía y de la gestión de las fiestas de la ciudad tenía hasta 2020 todas las papeletas para poder dar el salto a la alcaldía de la ciudad. No estaba exento de polémicas, pero asuntos como la modernización de la Feria de Julio o la consolidación de las fiesta de Nochevieja en la Plaza del Ayuntamiento le otorgaba grandes apoyos, especialmente entre los más jóvenes. Sin embargo, el responsable tuvo que renunciar “de forma provisional e indefinida” a sus competencias municipales hasta que tenga una sentencia por el juicio en el que está procesado por la muerte de un trabajador durante el montaje de unas gradas para los conciertos de la Feria de Julio. Solo una exoneración total y una rocambolesca pirueta en el foto finish darían otra vez opciones en la carrera a la alcaldía a un Fuset que sigue trabajando en un segundo plano desde Agenda Digital.
Joan Baldoví
El portavoz de la formación en el Congreso -quien fuera alcalde Sueca en tiempos en que pactaba con el Partido Popular- es una de las caras más visibles del partido a nivel nacional. Precisamente, el responsable suma puntos por la carrera a la alcaldía si finalmente la coalición opta por buscar una alternativa fuera de la Corporación municipal actual y Oltra prefiere no entrar a la batalla local. El responsable abre titulares llamativos desde Madrid, pero siempre con una visión mucho más respetuosa que el tono faltón que utiliza Carles Mulet desde el Senado. Lo hemos visto defendiendo los cítricos naranja en mano en el Congreso o liderando las presiones para conseguir inversiones y un cambio de modelo en la financiación autonómica, algo que la propia ministra de Hacienda reconoció ante la cámara, para disgusto de Ximo Puig. Su profesión como profesor podría también jugar a su favor, así como compartir listas con Íñigo Errejón, un líder de la izquierda que parece no levantar especial rechazo en el sector más centristas. Sin embargo, el ser natural de Sueca, el no ser un personaje asiduo en la capital o el enorme conflicto generado con el sector de las Fallas tras unas críticas a los ninots de Convento Jerusalén, son algunas de sus claras desventajas.
Enric Morera
El histórico representante de Bloc sumará dos legislaturas siendo la segunda máxima figura institucional de la Comunitat Valenciana en las próximas elecciones. El responsable ya ha mostrado su interés de manera pública por formar parte de la política local de la ciudad de cara a unas próximas elecciones, por lo que, de hacerlo, acabar como un concejal raso parece casi descartado. El líder se ha metido él mismo en las quinielas y debido al gran apoyo que ha recibido siempre en las primarias de su formación podría ser un hueso duro de roer si finalmente la elección del candidato a la alcaldía se decide en un escenario de confrontación interna. Es representante del Bloc ‘pata negra’.
Independiente
La figura de un independiente no queda descartada. Desde Compromís se han reconocido, en algunas ocasiones, tanteos en esta línea que no han llegado a fructificar, por el momento. A la espera de una decisión para 2023, el equipo de la formación en la ciudad podría seguir trabajando en esta línea y buscando caras reputadas que consigan cubrir la difícil vacante de Ribó. Pues para que este perfil externo acabe ostentando la alcaldía de la ciudad debería no solo lograr llevar a la coalición a ser primera (o segunda) fuerza en la capital, sino también cimentar el liderazgo de la izquierda frente al PSPV en unas elecciones postpandemia que se avecinan realmente inusuales. Todo ello frente a un PP que ya es primera fuerza según los sondeos.
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