Veamos. ¿Quién tiene el poder hoy en España? ¿El gobierno de Zapatero? No. ¿Los autonómicos? Menos todavía. ¿Y los sindicatos? Un quiero y no puedo. No nos engañemos. El poder lo tienen las multinacionales, los bancos y las compañías telefónicas, hasta el punto de que vivimos en una bancocracia o telefonicadura, como más les guste.
Entre cigarrillo y cigarrillo a las puertas de su cafetería, restaurante o pub habitual, reflexionen conmigo. ¿Cuántas veces ha intentado cambiarse de compañía telefónica? ¿Ha tenido algún problema con alguna factura de alguna de ellas? En caso afirmativo, ¿cuántas veces se ha acordado del padre, la madre y otros familiares de la señorita o el señorito que le atiende desde América la mayor parte de las veces con la más absoluta desgana o desdén? Y, aún mejor, ¿ha probado a realizar una reclamación? ¿Verdad que es más fácil llegar a presidente de los Estados Unidos? Pues eso. ¿Y por qué es así? Porque, volviendo al principio, quien tienen el poder son las compañías telefónicas, que son las que imponen las leyes que permiten que actúen con total libertad e impunidad, y los bancos.
Ahora, vaya usted a pedir un préstamos a una entidad bancaria. Sí, a cualquiera de las que hace pocos años le regalaban desde una vajilla a un descapotable según el depósito que abría. Sí, aquellas que le concedían un préstado de 200.000 euros y todavía le daban 30.000 más para un coche. O vaya a suplicarles que no les quiten el piso que llevan pagando 15 años y que ahora ya no pueden porque todos los miembros de su familia se han quedado en el paro. Vaya, vaya ahora. Cero patatero.
Por tanto, díganme, ¿quién manda en este país?