La abuela y la madre de Manu lo abrazan en un parque de Paterna. EPDA Cada mañana Manu coge su mochila y se prepara para ir al cole, como hace desde los 6 años, pero ahora, con 21, se ha quedado en la calle. Esta es una historia de dolor y rabia con un joven discapacitado psíquico de Quart como víctima: “para él ir con sus compañeros y profesores, a su cole, es su vida, su motivación, y se la han quitado”, así, entre lágrimas, explica Chelo Pérez, madre de Manu, cómo afecta a su hijo la decisión del Patronato del Colegio Intermunicipal Francisco Esteve de Paterna de dejarlo fuera.
Todo comenzó hace más de tres años cuando, aconsejada por la trabajadora social, Chelo solicitó plaza en el centro de día que gestiona el Patronato. “En diciembre de 2015 me llaman de Conselleria y me confirman que tengo la plaza, pero que hay una tasa, un copago. Yo acepto. Poco después me llaman y me dicen que no pueden admitirlo porque Manu necesita un cuidador personal y que no pueden costearlo. Me enfadé mucho y quedamos en hablar con la Junta del Patronato, que está gestionado por una asociación de padres”, relata la madre.
No hubo suerte. La Junta ratificó que no podían asumir el gasto que Manu generaba, llegando a dar la cifra de 20.000 euros al año. “No lo entendíamos porque Manu siempre ha necesitado un cuidador, ellos los sabían desde el principio”, continúa. El coraje que da el amor por un hijo llevó a esta mujer a hablar con los tres alcaldes que participan de este patronato y que le conceden ayudas económicas, Manises, Quart de Poblet y Paterna, pero no consiguió nada. “Esto me está afectando mucho. Tengo mucha ansiedad y problemas físicos causados por los nervios. Ver a tu hijo encerrado en casa pidiendo ir a su colegio y no poder llevarlo es un dolor muy grande”.
En febrero de este año vuelve a hablar con el Patronato Francisco Esteve, esta vez con la presidenta de la Junta, y ésta le explica que “no pueden coger a Manuel porque las plazas que habían se las han dado a otros niños cuyas familias se salieron de la lista de espera porque no podían hacer frente al copago y ahora, al quitarse el copago, las han vuelto a llamar y tienen preferencia. ¿En qué quedamos? ¿Antes era por falta de recursos y ahora sí tienen para otras familias?”, se pregunta Chelo. En esta charla la presidenta le tranquiliza diciendo que la próxima plaza que salga será para Manu, “y no lo entiendo porque si de verdad le han dejado fuera por el dinero, el gasto seguirá siendo el mismo después”.
Los padres de Manuel, que en ningún momento tiran la toalla en la lucha por la felicidad de su hijo, contactan con Conselleria de Bienestar Social y exponen el caso: “nos dicen que intentarán encontrar una solución y que será darle plaza en el centro de Aldaia. Nos pidieron la documentación de mi hijo y se les envió enseguida”, cuenta el padre. Esto ocurrió a finales de junio.
A principios del mes siguiente se celebró una reunión con la Asociación de Padres del Francisco Esteve y el gerente del mismo, con la consellera de Bienestar Social, Mónica Oltra, y el director general del área, Antonio Raya, con quien los padres de Manu ya habían hablado y que, casualmente, fue gerente del Patronato anteriormente.
En este encuentro se trató la reconversión de un espacio de Paterna como residencia de educación especial y se planteó que la gestionara el Patronato. “Entonces el gerente dijo que sí, que ellos estaban capacitados tanto administrativa como económicamente para llevar esa gestión y ahí no pude aguantar. Cogí el micrófono y conté mi historia porque si están bien económicamente ¿por qué han dejado fuera a mi hijo?”, recuerda Manolo, el padre.
En esta reunión se le increpó que el suyo era un caso particular y no era momento ni lugar para plantearlo y “Antonio Raya recordó que nos iban a dar una plaza en el centro de Aldaia”, pero cuando “volvimos a llamar a Conselleria hace poco nos dijeron que lo de Aldaia se tiene que tramitar, que igual tarda cuatro meses que un año. No nos dan ninguna solución y Manuel cada vez lo pasa peor”.
Pero su lucha continúa y ya han contactado con la Conselleria de Educación y pedrián cita con Mónica Oltra para exponer su caso, además estudian denunciar los hechos en el juzgado.
A pesar de que Chelo está en tratamiento médico por la ansiedad y pasando por “un infierno. Esto es lo peor que puede vivir una madre, ver a su hijo sufrir y no poder hacer nada”, no pararán hasta que su hijo tenga plaza en un centro. “Queremos que vaya al Francisco Esteve porque es lo que conoce pero necesitamos que sea rápido. Todos los problemas que deriven de esta situación es responsabilidad suya”, añade el padre.
Ahora Manu pasa el día en casa de sus abuelos, demasiado mayores para controlarlo ya que al no ir al colegio se pone nervioso. “Nuestros padres están enfermando también por esta situación y no hay derecho. Han echado a mi hijo de un sitio en el que lleva 15 años por dinero, eso es discriminación”, concluye el padre de Manu.
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