Una manifestación en defensa de la educación concertada. EPDALas principales asociaciones de padres, sindicatos e instituciones titulares de la
enseñanza concertada en el ámbito nacional, denuncian la flagrante
discriminación contenida en las conclusiones de la comisión para la
Reconstrucción Social y Económica a una gran parte de la población española.
Las conclusiones aprobadas para el ámbito educativo suponen un claro agravio para
el 25% de nuestro sistema educativo, es decir, para alumnos, familias y profesores, y
pueden suponer la asfixia de instituciones que no tendrán medios para seguir
manteniendo sus proyectos educativos.
Unos proyectos integradores, equitativos, de
calidad, accesibles para todos y que materializan la libertad de enseñanza, tal y como
está concebida en nuestra Constitución y nuestro entorno democrático europeo.
La enseñanza concertada no es una enseñanza elitista, como algunos pretenden hacer
creer a la sociedad, sino que es una enseñanza social que refleja la pluralidad familiar,
sociolaboral, económica, ideológica, cívica, cultural y religiosa de la sociedad española
actual.
Por tanto, excluirla es una clara segregación impropia de democracias europeas
que promueven la libertad de enseñanza y la financian sin complejos para favorecer
una libertad de elección real.
Es obvio que se está aprovechando la debilidad del PSOE para hacer avanzar el
programa de extrema izquierda de Podemos en contra de un servicio que se presta
tanto desde la enseñanza pública como desde la enseñanza concertada, tal y como
reconoce la propia LOE (Artículo 108).
La Comisión de Reconstrucción ha dado un
paso preocupante que segrega a alumnos, familias, profesores e instituciones con una
mayoría simple y con la ausencia de VOX, digna de mencionar en un escenario tan
complejo como el que estamos viviendo.
Nos tememos que las conclusiones aprobadas
sean el preludio de una futura ley de educación que adolece de la misma falta de
consenso que sus promotores denunciaron en la LOMCE.
Familias, profesores e instituciones educativas están trasladando a nuestras
organizaciones su enorme malestar ante esta situación, por lo que es nuestro deber
seguir trabajando en defensa de sus derechos con todos los medios que estén a
nuestro alcance, incluyendo movilizaciones o acciones jurídicas, siempre y cuando no
se perciba un compromiso que, más allá de las palabras vacías, garantice que no se
van a hurtar los derechos de millones de españoles.
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