La eficacia del Villarreal, que tuvo paciencia para no desperdiciar las
ocasiones de que dispuso, pudo con un Betis que solo tuvo ocasiones de
gol en el tramo inicial del segundo periodo y que acabó hundido con dos
tantos en contra en la prolongación (5-1).
En la primera parte,
los locales supieron superar el buen fútbol bético a base de efectividad
y en la segunda, reponerse a una fase inicial de control visitante, en
la que los béticos añadieron efectividad al dominio de los primeros 45
minutos, pero en la que acabaron con un castigo excesivo para lo visto
en el encuentro.
La primera mitad fue intensa, con dos equipos
que trataban de imponer su fútbol, pero que encontraban mucha
resistencia en el rival, puesto que las defensas conseguían imponerse
sobre los ataques.
En esa fase inicial marcada por la igualdad,
una genialidad de Cazorla dejó a Rubén Peña solo ante el meta del equipo
sevillano, quien desbarató el gol en una gran actuación.
Tras
esa jugada, el Betis cobró protagonismo en el choque, se adueñó del
balón y fue capaz de jugar cada vez más cerca de la meta de Asenjo,
aunque su dominio no estuvo acompañado de una capacidad real para crear
peligro.
Las llegadas, por contra, del Villarreal eran
esporádicas y casi todas al contragolpe, pero estaban más cerca del gol
que las más frecuentes del equipo andaluz y en una de ellas, el árbitro
anuló un gol a Ekambi por fuera de juego.
El Betis era constante
en la posesión del balón y la capacidad para jugar cerca de la meta del
Villarreal, pero un córner a favor de los locales se resolvió con un
cabezazo impecable de Ekambi que puso el 1-0 en el marcador poco antes
del descanso de un choque en el que lo visto hasta entonces justificaba
una igualada.
En el comienzo del segundo tiempo, lo único que
cambió fue que el Betis tuvo las ocasiones de cara a puerta que le
habían faltado en el primer periodo y en el minuto 48 un gran disparo de
Emerson, que rozó en un defensa local, puso el 1-1 en el marcador.
A
partir de entones los visitantes estuvieron más cerca del gol que el
Villarreal, pero un derribo de Bartra a Chukwueze revisado por el VAR
propició el 2-1 marcado de penalti por Cazorla en el ecuador de la
reanudación.
El gol supuso un soplo de aire fresco para el
Villarreal ante un Betis que acusó estar por segunda vez por detrás en
el marcador y, en una contra local, Chukwueze y Gerard elaboraron una
jugada para que Ekambi marcara el 3-1.
Ese gol, a un cuarto de
hora del final, fue clave en el encuentro porque dio confianza al
Villarreal y mermó al Betis, que hasta ese momento buscaba el empate.
Los
béticos dieron un paso atrás tras el tercer tanto local y poco ocurrió
en los minutos finales de un encuentro en el que el Villarreal pudo
ampliar la cuenta y obtuvo tres puntos clave para ascender en la tabla y
el Betis no aprovechó las fase de buen juego que ofreció en La
Cerámica.
Así lo hizo al aprovechar Gerard un contragolpe para
hacer el 4-1 en la prolongación, preámbulo de un nuevo tanto, marcado
por Chukwueze en una acción muy parecida.
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