Verónica Alarcón
Llega el festival en el cole, rodeada de banderitas de colores y sin distancia de seguridad, recuerdo las fiestas escolares prepandemia. Los frenéticos ensayos se alternan con las prisas por terminar los libros de texto. La preocupación por cubrir el último de tema se contagia en las salas de profesores, donde se selecciona cuidadosamente el contenido que sí o sí ha de verse en clase. Tengo la gran esperanza de que con la implantación de la LOMLOE en los cursos impares de primaria, secundaria y bachillerato el próximo año escolar, este hecho deje de generar quebraderos de cabeza entre mis compañeros docentes.
Se apuesta, al fin, por un aprendizaje competencial, autónomo, significativo y reflexivo en todas las materias, entendidas como un todo y no como áreas independientes. La transferencia de habilidades de una asignatura a otra se plantea como elemento fundamental, lo que implicará, además, que los claustros deban esforzarse por trabajar de manera conjunta. Espero que la era de atiborrar a los alumnos con conceptos y memorización de conocimientos deje paso a un aprendizaje experimental en el que verdaderamente se asimile el funcionamiento de este mundo de una manera holística y se dote a los niños de herramientas para habitarlo cívica y civilizadamente.
La nueva ley está repleta de palabras rimbombantes como inclusión, atención a la diversidad, igualdad, adaptaciones curriculares, derecho del alumnado, plurilingüismo o democratización. Sin embargo, será interesante ver qué medios y recursos se van a poner a disposición de los centros educativos para tal fin. ¿Serán los profesores los que tengan, una vez más, que asumir solos esta responsabilidad? Echo de menos un apartado donde se especifiquen, además de los derechos, las responsabilidades del alumno, el profesor y la Administración.
Mientras tanto, las autoridades educativas ya se han hecho la foto en Valencia en la XII Cumbre Internacional sobre la Profesión Docente. Se ha filosofado sobre el potencial pedagógico de las tecnologías digitales, los sistemas escolares para lograr comunidades más inclusivas y el papel de la educación para lograr un futuro sostenible. Ahora nos queda ver cómo lo llevarán a las aulas. Les dejo, que empieza el espectáculo, el del cole, digo.
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