La Fundación Mónica Duart analiza los parámetros del sueño y cómo conciliarlo mejor.Un trabajo de investigación reciente de la Fundación del Sueño Mónica Duart ha revelado datos preocupantes sobre el impacto del consumo habitual de bebidas energéticas (BE) en la calidad y cantidad del sueño en adolescentes. La investigación realizada por cuatro médicos del Hospital Universitario Doctor Peset, confirma una clara relación entre la ingesta de estas bebidas y alteraciones significativas en los patrones de descanso, lo que representa un riesgo para el desarrollo físico, emocional y académico de los jóvenes.
Los resultados evidencian que los adolescentes que no consumen bebidas energéticas disfrutan de un sueño más prolongado y estable, mientras que sus compañeros consumidores sufren una reducción notable en la duración del sueño y una mayor variabilidad en sus ciclos de descanso. Esta diferencia se atribuye al impacto de la cafeína y otros ingredientes estimulantes presentes en estas bebidas, los cuales dificultan la conciliación y la calidad del sueño.
Reducción del sueño y mayor irregularidad en los patrones de descanso
A través de un análisis comparativo entre adolescentes consumidores y no consumidores de bebidas energéticas, se ha comprobado que quienes las consumen habitualmente presentan una reducción notable en la duración del sueño nocturno (7,44h frente a 8,13h), así como una mayor irregularidad en los horarios y una mayor actividad nocturna durante el descanso (15,72 vs 9,8). Además, el 20% de los consumidores reportó síntomas como cefaleas o dificultades para conciliar el sueño.
La investigación también constata que el 90% de los adolescentes consumidores ingiere estas bebidas por la tarde o noche, y que el 80% lo hace en contextos sociales, principalmente con amigos. En cuanto a los motivos de consumo, un 50% indicó haber empezado por curiosidad y el otro 50% por influencia del grupo social. El 80% lo hace por el sabor, y solo un 20% busca mejorar su rendimiento físico o cognitivo.
Una llamada a la acción
La Fundación del Sueño Mónica Duart insiste en la necesidad de tomar medidas concretas que protejan el bienestar de niños y adolescentes. En palabras de su presidenta, Mónica Duart: “El consumo de bebidas energéticas en la infancia y adolescencia ha pasado de ser una práctica ocasional a convertirse en una conducta habitual en muchos contextos escolares, deportivos y sociales. Este estudio pone de relieve su impacto directo sobre el sueño, un factor crítico en el desarrollo neurológico. Es imprescindible fomentar hábitos de vida saludables, educar sobre los riesgos de estas sustancias y establecer políticas que limiten su venta y acceso a menores”. En este sentido, insiste “Esto es especialmente relevante cuando hablamos de sueño y descanso. Cualquier alteración en la calidad o cantidad de sueño puede derivar en consecuencias clínicas significativas, como un deterioro del rendimiento escolar, mayor incidencia de trastornos de conducta, déficit de atención e incluso un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo. En este sentido, el sueño es un pilar clave en el desarrollo del cerebro”.
Desde la Fundación del Sueño Mónica Duart se alerta sobre la normalización del consumo de estas bebidas entre menores, muchas veces sin una conciencia clara de sus efectos. La presidenta, Mónica Duart, advierte: “La falta de una regulación eficaz permite que su acceso sea libre. La venta en supermercados, máquinas expendedoras e incluso centros escolares, unida a la intensa promoción en redes sociales y eventos deportivos, ha contribuido a la normalización de su consumo entre la juventud. Esta situación es especialmente preocupante, ya que el consumo regular de bebidas energéticas está asociado con alteraciones del sueño, problemas de conducta, dificultades académicas, síntomas de ansiedad y otros efectos secundarios adversos”.
Detalles del estudio
El estudio titulado “¿Afecta el consumo de bebidas energéticas al sueño de los adolescentes?”, ha sido realizado por las doctoras Cristina Barreda, Pedro Quiles, Ana Rodríguez y Vanessa Martín del Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia dentro de la beca de investigación promovida por la Fundación del Sueño Mónica Duart junto con la Fundación de Pediatría de la Comunidad Valenciana.
La muestra incluyó 20 adolescentes varones entre 12 y 16 años (media de edad: 13,8), todos ellos jugadores del Club de Baloncesto Puerto de Sagunto, con rutinas deportivas similares. Los participantes fueron divididos en dos grupos de 10 jóvenes: consumidores habituales de BE y no consumidores. Este trabajo se enmarca en el proyecto “One ball, one hour”, una iniciativa conjunta del Club de Baloncesto Puerto de Sagunto y el Hospital de Sagunto, orientada a fomentar hábitos de vida saludables y prevenir la obesidad infantil.
Entre los datos más destacados:
• El 70% de los consumidores de BE ha ingerido alcohol en alguna ocasión, frente al 30% del grupo de no consumidores.
• El 60% de los consumidores considera que el impacto sobre la salud depende de la dosis, mientras que el 80% de los no consumidores percibe las BE como perjudiciales en general.
Con esta investigación, la Fundación del Sueño reafirma su compromiso con la promoción del sueño saludable y el impulso a la evidencia científica como base para la concienciación y la prevención.
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