EPDA
La Guardia Civil
de Llombay y el Seprona de Valencia, entre Julio y Agosto de esté año empezaron
una investigación por la aparición en el Barranco y en el Azud de Alfarp de
un total de siete caballos muertos con signos de maltrato animal. Los equinos carecían de
chip identificativos, o éste había sido extraído con el objeto de evitar la
localización de sus dueños, por lo que
se iniciaron las investigaciones para la averiguación del supuesto delito.
Fruto de las gestiones realizadas por la
Guardia Civil de Llombay, se logra identificar a uno de los dueños de un
caballo, determinándose tras minuciosas diligencias policiales que el caballo
fue vendido fraudulentamente en diversas ocasiones a diferentes propietarios
repartidos en localidades de Valencia y Castellón, hasta llegar finalmente a
dos vecinos de Carlet.
Estas dos
personas realizaban compra-ventas de caballos de forma fraudulenta, esto es, sin hacerlos constar en los
registros oficiales evitando, por tanto, el pago de los impuestos correspondientes
por las transacciones realizadas. La adquisición de estos animales de esta
forma suponía, en el caso de que enfermaran gravemente o falleciesen, un gasto
elevado para quienes los poseyeran, concretamente alrededor de 300 y 400 euros,
siendo éste el coste de la solicitud de recogida e incineración de un caballo
no registrado y por lo tanto no asegurado, por lo que supuestamente estas
dos personas decidieron deshacerse de
ellos arrojándolos muertos o moribundos en barrancos o zonas aisladas cercanas
a la cuadra de donde provenían, con el objeto de no sufragar los gastos que
conlleva la recogida e incineración de un equino que no se encuentra registrado
legalmente.
Las diligencias instruidas han sido entregadas a la Fiscalia del Medio
Ambiente de Valencia.
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