Los
establecimientos hosteleros de la plaza de la Virgen de Valencia han
manifestado su indignación por la decisión del Ayuntamiento de Valencia
de reducir en estos momentos sus terrazas. Así, la próxima semana
sufrirán un nuevo varapalo a las constantes restricciones y al contexto
dramático al que se han visto sumidos y sin ayudas de esta misma
administración a causa de la crisis sanitaria. A pesar de haber
solicitado el mantenimiento de su distribución actual y de haber
recurrido la decisión del Ayuntamiento en varias ocasiones con el apoyo y
asesoramiento de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia
(Hostelería Valencia), el consistorio ha anunciado que procederá a
pintar de nuevo el espacio que les corresponde el próximo lunes, 23 de
noviembre.
El conjunto de los establecimientos ubicados en la plaza de la Virgen en
bloque se opone a este nuevo obstáculo en su actividad y lamenta que el
ayuntamiento no tenga en cuenta el contexto crítico en el que se
encuentran, sin presencia de turismo, con aforos interiores inexistentes
o insuficientes y sin siquiera contar con ayudas para subsistir a esta
situación. Los establecimientos de la plaza de la Virgen reivindican el
carácter especial de este entorno que, al tratarse de un enclave
turístico, tiene su cobertura en el régimen especial que establece la
ordenanza reguladora de terrazas para este tipo de plazas en Ciutat
Vella, en atención a peculiaridad urbana de este espacio y que permite
que sea tratado como un supuesto excepcional sus condiciones
particulares.
Asimismo, además de lamentar el momento en el que se toma esta decisión
con las empresas profundamente afectadas por la pandemia, que ha
afectado en mayor grado a las empresas del centro histórico, tampoco
consideran que existan razones que hagan que se tenga que adoptar una
medida tan restrictiva, que va a suponer una significativa reducción de
las terrazas, sin que haya habido ningún tipo de conflictividad con su
distribución actual, en un entorno, además, en el que las terrazas se
encuentran perfectamente distribuidas y separadas, sin incidir en el
tránsito peatonal y alineadas con la distribución que tiene la plaza,
sin dificultar la circulación peatonal ni conflictividad por su
distribución.
A esta limitación cabe además sumar el cobro de la tasa de terrazas
correspondiente a los meses de enero y febrero, notificado la pasada
semana a locales de hostelería por parte del Ayuntamiento a pesar de que
el pasado mes de mayo anunciaba la suspensión de este impuesto para
todo 2020. La mayor parte de los bares, restaurantes, cafeterías y, en
especial, los pubs y discotecas cerrados desde hace meses, no pueden
asumir, en el momento actual y con las medidas restrictivas vigentes, el
coste que supone esta tasa. En un momento en el que el sector sale a la
calle para exigir un paquete de ayudas y el rescate de sus negocios, la
decisión de la Administración se hace incomprensible.
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