Alejandro Ros. EPDA Por fin he acabado la dieta! ¡Ya puedo volver a comer como antes, que ganas de volver a atiborrarme!... Estas palabras, por desgracia, suelen acompañar de normal al arduo proceso que empiezan cada día muchas personas que desean encarecidamente perder peso.
Algunos se preguntarán porque digo “por desgracia”. Pues bien, digo esto porque en la mayoría de casos, estas personas que han hecho el sacrificio de realizar un sacrificio a modo de dieta en pocos meses volverán a su peso anterior o quizás incluso ganen más peso del que tenían anteriormente.
Entonces, ¿en qué estoy fallando? Vamos a verlo:
Tenemos que tener en cuenta que un sacrificio no es algo sencillo de mantener en el tiempo, y que si tras ese período de dieta volvemos de nuevo a nuestros anteriores hábitos a la larga volveremos a los anteriores resultados. Es más, incluso puede ser que ganemos más peso y más rápidamente, ya que en el período de restricción calórica (haber comido mucho menos que lo que estamos acostumbrados a hacer para perder peso) nuestro metabolismo se habrá adaptado a valorar más cada caloría que entra al cuerpo y almacenaremos más grasa con mayor facilidad.
Por lo tanto, ¿cuál es la solución? La solución será crear hábitos saludables vinculados al movimiento y a la alimentación, unos hábitos que podamos mantener con relativa facilidad de manera prolongada y sin tener que realizar ningún sacrificio. Esto no significa que no tengamos que esforzarnos y que nuestra fuerza de voluntad y nuestra constancia sean herramientas innecesarias durante el proceso, pero de ahí a pasarlo mal y realizar sacrificios que estamos deseando que acaben mientras los hago hay una diferencia determinante.
Cuando yo, como entrenador personal especializado en mejorar la salud y el bienestar de las personas tras los 40, me enfrento al desafío de cambiar hábitos para transformar a las personas y que no solo consigan su objetivo, sino que lo mantengan en el tiempo de forma agradable y sencilla, siempre dejo claro que la solución definitiva pasa por eso, por cambiar los hábitos menos saludables por hábitos de salud. Para ello es necesario seguir un proceso progresivo y consensuado, donde siempre es la persona la que, siendo sabedora de lo que quiere y lo que necesita para obtenerlo, marca el ritmo de los cambios de hábitos para que les resulte no fácil, pero si agradable y motivante de realizar. Tienen que verlo como un desafío que saben que les va a permitir conseguir su objetivo y mantenerlo en el tiempo de forma sencilla, porque una vez se convierte en hábito resulta muy sencillo mantenerlo en el tiempo.
Determina que hábitos tienes que cambiar y por qué nuevos hábitos más saludables los vas a sustituir y empieza ya, de forma constante y progresiva, y lograrás no un cambio momentáneo en tu peso sino una transformación definitiva en tu vida.
Tu Salud Depende De Ti.
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Alejandro Ros Pedrós
alejandrorostraining@gmail.com
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