La investigación española es de primer nivel "por pura necesidad", según un biotecnólogo valenciano

Así lo ha manifestado Tormo en declaraciones a la Agencia EFE previas al acto de entrega de galardones de la 25 edición de los Premios Universidad-Sociedad de la Universitat de València, ‘alma mater’ de este biólogo fundador del fondo de capital-riesgo Columbus Venture Partners y de la Fundación Columbus, que facilita el acceso a tratamientos a menores con cáncer y enfermedades ultrarraras, a veces con solo tres pacientes en el mundo.


Tormo comenzó su carrera como investigador en València, estudió un tiempo en Alemania y Estados Unidos y, a su regreso a España, se dio cuenta de que “mucha de la ciencia que se hacía se quedaba en artículos científicos y conferencias, pero realmente no llegaba a la sociedad”.


El punto de inflexión, ha recordado, fue descubrir un tratamiento contra determinados tipos de melanoma que no pudo obtener financiación y, para darle apoyo económico, creó su primera empresa, Bioncotech, que ahora ha cambiado de nombre a Highlight “como efecto secundario de la pandemia”, a raíz de “muchas llamadas preguntando por vacunas, confundiendo el nombre con el de la farmacéutica Biontech”.


A Bioncotech le siguieron otras compañías, que finalmente agrupó en Columbus Venture Partners, un fondo financiero con “una parte diferencial”: “Reinvertimos una parte de los beneficios en la Fundación Columbus, porque nos dimos cuenta de que tendemos a investigar más en tratamientos para enfermedades con muchos pacientes, para que económicamente sean viables, dejando de lado las patologías menos frecuentes”.


“A veces tenemos una tecnología que funciona para una enfermedad ultrarrara, pero por el hecho de que haya solo cien pacientes en el mundo, estos se quedan sin tratamiento”, ha lamentado.


Para paliar esta falta de atención, Columbus ha puesto en marcha, entre otras cosas y en colaboración con Quirónsalud, el primer hospital español de radioterapia de protones, mucho menos agresiva para niños con enfermedades oncológicas.


“Tenemos ciencia muy buena que ha llegado de las universidades y centros de investigación, y empresas innovadoras a las que a lo mejor solo les falta el eco de lo que hacemos e investigamos”, ha señalado Tormo, que ha subrayado sin embargo que, “desde fuera”, el ecosistema español de ciencia y salud se ve “como algo disruptivo”.


El biólogo, premiado también por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y otros organismos internacionales, ha considerado que “el talento científico es reconocido fuera y dentro de nuestras fronteras”, pues, ha añadido a EFE, “con los niveles de financiación que hay para la ciencia, lo que se consigue sacar adelante requiere muchísima imaginación e innovación”.


“Quizá por pura necesidad, los investigadores españoles son de primera clase mundial”, ha manifestado, y se ha referido al “valor económico” de la investigación, pero sobre todo a “su valor enorme para la sociedad”, algo que, entre otras cosas, ha demostrado la pandemia, que ha dejado ver que “si realmente se quiere, se pueden hacer progresos enormes en muy poco tiempo”.


Para Tormo, “las universidades no pueden ser entes burbuja donde investigas algo y ahí se queda”, sino que deben “abrirse a la sociedad y vertebrar las aplicaciones prácticas de esa ciencia”, hacer “un puente para que realmente haya avances”.


En este sentido, ha destacado la labor de entidades como ADEIT, que permiten “acercar los avances en la investigación” y su importancia en “pasos pequeños pero importantes” como la progresiva repatriación del talento emigrado con la crisis.


Para concluir, ha sentenciado que la situación de la ciencia española “no tiene nada que ver con la de hace diez años”, porque se trata de un campo que “ha madurado muchísimo”.