Vicente Cornelles. /EPDA Dos regalos envenenados para la ciudad de Castellón del equipo municipal del gobierno saliente, fruto de una mala gestión en el Ayuntamiento de la capital de la Plana: una plaga de mosquitos, la más virulenta de los últimos años, y la destrucción de la desacralizada iglesia del antiguo colegio de Nuestra Señora de la Consolación en la calle Antonio Maura, convertido en un centro de envejecimiento activo de mayores. En el primero de los casos, con las cínicas palabras del concejal en funciones de Medio Ambiente, el nacionalista Ignasi García, quien ha asegurado que el “Acord de Fadrell ha hecho los deberes en la lucha contra los mosquitos”.
Una aseveración que, una vez más demuestra, la lejanía de la realidad de nuestros munícipes, por no hablar del escaso interés en dotar de mayores recursos e inversiones para una plaga que podía llegar ante extrañas circunstancias climatológicas. Pero, también la responsabilidad es de la oposición del PP, que en breve gobernará el consistorio, al no actuar en las labores de control y vigilancia antes de las elecciones. Hay que ser muy ventajista aparecer en la Marjalería dos días después de los comicios para prometer el oro y el moro en la lucha contra los dípteros. En el tema del oratorio de la Consolación, más de lo mismo.
El proyecto del nuevo edificio, de febrero del 2020, contemplaba la conservación de la fachada y de la capilla, con excelentes pinturas de Catalán representando la Ascensión de la Virgen y la visita a Santa Ana y San Joaquín, por el carácter del inmueble de Bien de Interés Local. Una agresión al patrimonio producto de la falta de coordinación de las concejalías implicadas (Bienestar Social y Cultura) y de también del fallo en los mecanismos de supervisión, seguimiento y fiscalización del proyecto por parte de la oposición política que, además, todavía no ha abierto la boca para denunciar el último agravio a los ciudadanos por parte del ya finiquitado equipo municipal de gobierno, más pendiente de la búsqueda de pactos para que el PP pueda alcanzar la mayoría suficiente en la Casa de la Vila, y el próximo reparto de las áreas municipales. Esto que pasa no es Castellón.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia