La necesidad de un transporte público y de calidad en el ámbito rural

Todos conocemos la realidad histórica del transporte público en nuestra comarca serrana.  Pocas líneas con escasos autobuses y horarios reducidos han hecho históricamente del transporte público una herramienta de comunicación entre pueblos muy poco valorada. La tónica se repite para desplazarse a la ciudad. Vemos como no podemos acercarnos con comodidad a nuestro centro hospitalario de referencia, puesto que debemos cumplir unos horarios rígidos que hacen poco apetecible el uso del autobús.

Siguiendo esta línea, conocemos que desde la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad se han realizado proyectos para cambiar el paradigma del transporte; pasando a un modelo de lanzaderas desde los principales pueblos a Valencia, abogando por una comunicación mucho más flexible entre las pequeñas y las grandes poblaciones. 

Redundando, así, en una mejor calidad de servicio y una mejor comunicación. Sin embargo, estos proyectos se encuentran en fase embrionaria, lo que supone un problema que llevamos arrastrando ya demasiados años -al menos desde la anterior legislatura-. Y, con la actual subida del precio de los carburantes, se hace urgente que la Conselleria desatasque las nuevas líneas de transporte y mejore las comunicaciones. Por todos es sabido que las comarcas de interior corremos el riesgo de perder potencial a la hora de atraer personas, si la mejora de la calidad de vida en los pueblos se ve eclipsada con la subida del coste de la vida y del transporte al desplazarse a los puestos de trabajo,  de compras o a usar cualquier otro servicio. 

Así pues, vemos como el uso del coche privado es actualmente casi la única opción que tenemos. No obstante, si queremos vertebrar territorios, debemos entender que al igual que el metro, el tren de cercanías o el autobús metropolitano, el transporte rural debe ser una prioridad del gobierno. Por todo ello, es hora de implementar un transporte público, de calidad y eficiente. Por que si no, el duro invierno que nos espera, puede hacer que nos aislemos más y el problema de la despoblación y la falta de oportunidades en nuestra zona se acentúe.