Nos desayunamos hoy con el Air Force One de Maduro haciendo una paradita en esta piel de toro para recoger a Podemos, CUP y ETA. Lo nunca visto, vaya. Los movimientos desestabilizadores, antisistema y anti casi todo. Que nos quieren sacar del euro, de Europa, y ya puestos del primer mundo. Bien adiestrados y amaestrados por dictaduras populistas como la venezolana, ejemplo de todo lo condenable habido y por haber... Claro, no somos políticamente correctos, y condenamos aquello por lo que otros se les llenaría la boca acusándonos de sectarismo y extremismo. Que no sólo son los ERE o la Gurtel, que esto también es reprobable, denunciable y despreciable. Especialmente Podemos se ha de ir acostumbrando, su impunidad basada en el falso buenismo se ha acabado. Están actuando de manera perniciosa, con una financiación corrupta recibida de regímenes antidemocráticos como Irán o el chavismo. Y se debe denunciar, aunque los ayatolás del nuevo régimen mediático nos atiborren a calificativos indecorosos. Que vamos sobrados de mesianismo, y del malo.
En este país nuestro, tan sesgado, tan enfrentado, tan inmaduro políticamente, tan cegado en la cultura del pacto, tan histriónico, tan mudo en el diálogo, tan rencoroso... que no hemos superado los garrotazos que tan bien compuso el inigualable Goya. Somos el país de los manporrazos, no sabemos vivir sin el enfrentamiento. Ya lo dictó el canciller Bismark allá por el siglo diecinueve, España es la nación más fuerte del mundo, lleva siglos intentando acabar con ella misma y sigue viva. Un pequeño consejo a todos estos nuevos salvapatrias de la nueva política que se ungen con la verdad absoluta e inequívoca, descubran los escritos de Ortega y Gasset y bájense de sus púlpitos visionarios. Que este país nuestro es complejo, plural y sano, aunque les pese.
Semanas y semanas nos esperan de incertidumbre y bailes de salón. A falta de noticias, nos llenaremos la boca de noticiarios. La ciudadanía con el corazón en un puño por la conformación de los grupos parlamentarios, habrase visto... Ayer en un bar escuché una certera sentencia: si todo esto sólo les interesa a ellos, a los políticos dedicándose a lo de siempre, a lo suyo. La nueva política tan ufana y soberbia actuando como buena imitadora, siempre peor que el original. La mala política, vaya. Y lo que te rondaré morena con el carnaval de la investidura, con un baile de máscaras insufrible, falso y dramático. Todo muy teatral... Rajoy más sólo que la una, enrocado en el no se qué; Sánchez desatado jugándose su supervivencia política en converger con toda la extrema izquierda insidiosa y desequilibrante; Rivera frustrado y noqueado al no ser útil y necesario para nada ni para nadie; y un Iglesias repasando su pasaporte y sus facturas para ocultar todos los países del eje del mal que ha pernoctado...
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