Bus en Sagunt. EPDA Kivi Osma sufre problemas de movilidad. Esta vecina de Sagunt reside en el barrio del Norte del Palancia y depende del transporte público para desplazarse, ya que no tiene carnet de conducir. Por este motivo es una usuaria habitual del servicio municipal de autobuses. Sin embargo, en ocasiones moverse de un punto a otro de la ciudad se convierte en una auténtica odisea.
Hasta hace muy poco, en su barrio ni siquiera disponían de parada, a pesar del elevado número de vecinos que residen allí. Es por ello que Kivi decidió dar un paso al frente y movilizarse ante lo que consideraba una situación inaceptable. “Llevo desde el 2011 peleándome con concejales y alcaldes, porque a mucha gente le toca ir hasta la avenida Sants de la Pedra para coger el autobús que nos lleva al Port de Sagunt. Ese año conseguí que pusieran los urbanos, que pasan por el Norte del Palancia pero solamente llegan al hospital, de lunes a viernes. Durante los fines de semana y días festivos no pasa ninguno, así que nos quedamos aislados”, lamenta.
Trasbordos
Así, la activista asegura que lo que se debe mejorar es, fundamentalmente, la conexión entre los núcleos de Sagunt y el Port. Uno de los principales problemas en la red de autobuses local a día de hoy es que la estructura está mal pensada a la hora de poder encadenar trasbordos. Kivi ha de enfrentarse a ello habitualmente. Como el único autobús que pasa por el Norte del Palancia tiene como destino final el hospital, si esta vecina quiere desplazarse a otro punto más alejado del Port de Sagunt ha de bajarse en la parada de la estación de tren y hacer un transbordo para enganchar con el autobús que llega hasta la avenida Mediterráneo. Eso si, por cuestión de horarios (pasan como muy pronto cada 40 minutos por la avenida Montíber), no le toca recorrer, haga el tiempo que haga, el largo trecho andando que separa su vivienda de la parada ubicada en la avenida Sants de la Pedra, que le permite conectar con esa misma línea que va directa al Port sin pasar por el interior del municipio. “Cuando me bajo en la estación de Renfe y hago trasbordo para ir al Port, a veces no coinciden los horarios de los autobuses y en vez de un billete me toca pagar dos, ya que tenemos media hora para hacer el trasbordo. Un billete cuesta 1,45 euros y un bono de diez viajes 8,70. Si coges el autobús dos o más veces al día, los viajes vuelan. Barato no es”, explica. Por si fuera poco, el autobús que pasa por su barrio tiene un tamaño mucho más reducido que uno ordinario.
“Para ir a la oficina del paro en el Port o hacer cualquier gestión o bien tienes que pagar dos billetes o ponerte zapatillas de deporte y entrenar para la Maratón. Yo he vivido en 16 sitios diferentes de España. No tengo carnet, siempre he utilizado el transporte público, y el peor que me he encontrado ha sido el de Sagunt. En Barcelona recorría la ciudad con un solo billete, ya que los transbordos están muy bien conectados. Esta ciudad es más pequeña y sería más fácil de conectar. Pero el problema es que no quieren. Son unos incompetentes. He hablado con la empresa y el Ayuntamiento y se pasan la pelota unos a otros”, cuenta Kivi Osma visiblemente indignada. Para colmo, aunque no es habitual, alguna vez ocurre que el conductor no se detiene a pesar de ver que hay gente esperando en la parada.
Las paradas, a su juicio, están mal distribuidas. El autobús directo al Port sólo pasa por las avenidas del Abogado Fausto Caruana, Hispanidad, Camp de Morvedre y, finalmente, por la avenida Mediterráneo. Si una persona que para en el Estadio del Fornás, por ejemplo, quiere llegar al polígono industrial, ha de andar al menos 20 minutos. En caso de coger el otro autobús que recorre el Port, el Urbano Puerto I que para junto al polígono, el tiempo que se requiere es mucho mayor porque tiene que hacer primero el recorrido por Corinto. “Para un tramo que una persona se hace en un minuto yo tardo diez. Imagina los que tengan un bastón… y en bici tampoco pueden ir”, afirma Kivi. Por otro lado, la conexión con Canet y l’Almardà también es deficiente.
La existencia de una buena red de transporte público en los municipios es esencial y repercute positivamente en numerosos ámbitos. En primer lugar, garantiza el desplazamiento de los vecinos a su puesto de trabajo, a los centros hospitalarios o educativos, a zonas de ocio… Por otro lado, a nivel ambiental, se contribuye a reducir la contaminación. Además, no es menos importante el factor turístico. El hecho de que los visitantes que acuden a conocer la ciudad y sus lugares emblemáticos tengan a su disposición un buen servicio de transporte, barato y extenso, resulta un estímulo para la economía y el prestigio de un lugar.
Por todos estos motivos, Kivi Osma cree que desde las instituciones debería hacerse un esfuerzo por facilitar la movilidad y reforzar varios puntos de Sagunt y el Port que están descuidados. Por ejemplo, el polígono Ingruinsa. “Allí hay un hotel, pero no pasa el autobús y los turistas lo podrían coger para ir a ver el Castillo, por ejemplo. Además, las personas que trabajan en la zona no tendrían que desplazarse el coche y se ahorrarían gasolina o tener que buscar aparcamiento, les proporcionaría comodidad y tranquilidad”, piensa. “¿No quieren que baje la contaminación? Pues que pongan más autobuses y así conseguirán que baje”.
Otra de las zonas clave que deberían reforzarse es la del Clot del Moro. Multitud de estudiantes se desplazan al instituto homónimo cada día para recibir sus clases. Pueden hacerlo a pie (una opción muy común), en coche o en autobús. Si se decantan por este último, sólo pueden coger el que parte de la avenida Mediterráneo del Port de Sagunt a las 7:35. Por otro lado, para volver a casa, los alumnos han de esperar necesariamente a que lleguen las 14:30 porque no disponen de ningún otro autobús. Y eso, en condiciones normales. Cuando el clima no acompaña, las cosas se complican. “En días de lluvia se forma una cola enorme en la carretera porque no cabe todo el mundo en el autobús, entonces los familiares tienen que apañarse para llevar a los estudiantes en coche”, explica Kivi.
Otro usuario lamenta, en relación a esto, que el único vehículo disponible a esa hora se llena cuando los estudiantes suben en él, provocando un peligroso amontonamiento de viajeros que la empresa consiente. “He tenido la mala suerte, como muchos otros, de coger el autobús Sagunt-Port de las 14:00. Y de asistir al espectáculo lamentable e ilegal que supone que los conductores metan a 40 o 50 personas más de las permitidas en el aforo legal, pues recoge a todos los chavales de los institutos a esa hora. Los chicos no tienen culpa de querer coger el autobús aunque no quepan en él. Pero tanto los conductores como la propia empresa son conscientes de lo que están haciendo”, denuncia el ciudadano. “Íbamos como sardinas en lata. Con los codos dándote en la espalda, costados, etc. Esta empresa, que en su publicidad pone caras de niños aparentemente muy felices, no sabe la que se está jugando. Si hubiera un accidente veríamos el problema en que se metería. Los padres también lo deben saber, y parece mentira que permitan que sus hijos viajen como sardinas en vez de presionar a la empresa Avsa de que ponga dos autobuses a determinadas horas”, continúa.
Por su parte, Avsa se defiende asegurando que la capacidad de sus autobuses es “suficiente” para que suban todos los estudiantes de forma “segura” aunque muchos de ellos tengan que ir de pie, pues sus vehículos están homologados. Si bien es cierto que están intentando renovar la flota durante el año que viene para que algunos autobuses sean más grandes. Al mismo tiempo, afirman que es el Ayuntamiento quien debe darles las instrucciones.
Un vecino del Port de Sagunt que sale del hospital corre hacia la parada donde está a punto de salir un autobús. Apenas le quedan unos segundos para llegar cuando el vehículo arranca. Segundos que marcan la diferencia entre no esperar o esperar una hora hasta que llegue el siguiente. Acaba de visitar a su hermana ingresada y se muestra indignado, ya que no es la primera vez que le ocurre algo así. “El conductor muchas veces no espera”, cuenta. Además, asegura que “tienes que rezar para que te coincida el autobús”. El último que va al Port desde el hospital, además, sale demasiado pronto. Otra de sus quejas tiene que ver con el precio del billete. “Para que te hagan el descuento sólo tienen en cuenta la pensión por edad, pero no por otras cuestiones”, asegura este usuario que recibe una pensión por incapacidad parcial.
El centro de salud, a juicio de los vecinos, está mal conectado. Kivi y el vecino del Port de Sagunt coinciden: “Pasan más autobuses por el centro comercial que por el hospital”. Pero ya no sólo se trata de la frecuencia de paso, sino de la propia ubicación de la parada. No son pocos los que reclaman que el autobús dé la vuelta alrededor del hospital porque la zona de consultas externas está al otro lado, a casi medio kilómetro del lugar donde se detiene el vehículo. Un tramo considerable y especialmente fatigoso para las personas mayores o con movilidad reducida, quienes, por si fuera poco, a veces tienen que bajarse de la acera porque los coches están aparcados de tal manera que impiden el paso.
A este respecto, desde Avsa afirman que no pueden entrar con el autobús en el recinto hospitalario porque no está pensado para circular y hay peligro de que se bloquee el paso de las ambulancias.
El hecho de poder desplazarse de forma óptima depende, muchas veces, de la suerte. “El urbano que pasa por el Norte del Palancia y llega al hospital pasa cada 40 minutos, en dos ocasiones cada hora para que descanse el conductor, porque sólo hay uno. El usuario no puede ir al hospital durante esos descansos. Y si tienes una prueba a las dos de la tarde o a las siete no puedes ir, a no ser que cojas el autobús directo al Port que te deja en la avenida Hispanidad, pasando la gasolinera. En ese caso tienes que andar un buen rato. ¿Si no hay autobús qué tienes que hacer? Una vez me hice una prueba a las siete y me tocó ir medio mareada desde el hospital hasta la parada de la gasolinera”, relata Kivi Osma. Tanto ella como el otro vecino creen que es difícil que se produzan cambios en el servicio, al menos por parte de la empresa, porque “Avsa está blindada”, denuncian.
Desde 2011 el servicio no ha experimentado prácticamente ningún cambio sustancial y Kivi asegura que no dará su brazo a torcer hasta que la red no consiga mejorar y se solucionen las carencias que afectan a una parte nada desdeñable del municipio, especialmente a personas de la tercera edad. No pierde la esperanza y está dispuesta a insistir a través de todo tipo de medios (constantes publicaciones de denuncia en redes sociales, quejas cara a cara…), aunque reconoce que siempre se interpone algún tipo de obstáculo. “La concejala de Movilidad durante la anterior legislatura me dijo que estaba previsto habilitar una nueva línea, me mandó horarios y recorrido, pero al poco tiempo me avisó diciendo que por el momento no se iba a poner en marcha por falta de presupuesto”, afirma la activista. Posteriormente se celebraron elecciones municipales, el equipo de Gobierno cambió, y todos los posibles proyectos se paralizaron.
La pelota está ahora en el tejado de los representantes políticos de esta nueva legislatura. La clave, según Kivi, es que sean ambiciosos: “No sirve que sólo una vez, el Día de la Movilidad, el autobús sea gratis. Se trata de hacer una campaña. Es lo que le digo siempre a todos. Poned medios para el usuario y la gente cogerá el autobús. Publicitadlo, bajad el precio… fomentad una buena red de transporte público en Sagunt y los vecinos la utilizarán. No estoy diciendo nada raro”.
El concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Sagunt, Javier Raro, reconoce que le han llegado algunas quejas sobre problemáticas como la frecuencia de paso al hospital y también considera “lógico” que haya gente que proteste sobre la ubicación de la parada allí. Además, en relación a la insuficiencia de autobuses por zonas como el Norte del Palancia, Raro cree que muchas veces es “un pez que se muerde la cola” porque “igual se quitan autobuses porque se usan poco y en realidad se usan poco porque no hay suficientes”. Por todo ello asegura que el objetivo a medio plazo es sacar una nueva licitación del transporte público para mejorar el servicio, aunque “es muy complicado”.
AUTOBÚS NOCTURNO
Como novedad, Avsa ha introducido nuevos horarios y paradas del servicio del Bus de Nit que presta el Ayuntamiento de Sagunt, y que estarán disponibles a partir del domingo, 9 de febrero. Este servicio se desplaza desde Sagunt a Port de Sagunt cada madrugada de sábado y domingo. La finalidad de estas nuevas medidas es, según el consistorio, adaptarlo a las demandas de los usuarios, principalmente los jóvenes de la ciudad, que solicitaban novedades y una ampliación del servicio que lo hiciera más efectivo. Los desplazamientos se realizarán por ambos núcleos, desde el casco histórico hasta las zonas de ocio de la localidad. Como novedad, este año no se prestará servicio a Canet d’en Berenguer, motivo por el cual el Bus de Nit amplía a 7 sus paradas para cada sentido en el caso del recorrido por Sagunt y 12 en Port de Sagunt. Según el concejal de Movilidad Urbana, Javier Raro, se ha buscado una adaptación de los horarios para que todos los trayectos y paradas tengan su inicio a las horas en punto y a las medias, de manera que la ciudadanía pueda adaptarse al horario con “mayor facilidad”. Las paradas de madrugada de Port de Sagunt a Sagunt son las más reclamadas por la ciudadanía, por lo que pasarán a ser a las 2, 3, 4 y 5.00 horas de la madrugada.
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