Alumnos de Caxton College acompañados por la orquesta londinense. EPDA
A
su paso por Valencia, Pierce Brown,
director artístico de la formación musical residente en Londres, ha
manifestado que se ha sentido “un
privilegiado al poder actuar en Valencia gracias al equipo de Caxton College,
organizador del evento”. Del mismo modo, ha destacado la importancia de que
los propios músicos se sientan “embajadores
de su propia cultura mediante la música como lenguaje común a todas las
personas”. Así mismo, ha declarado que le encantaría ampliar este tipo de
intercambios culturales y educativos entre España y Reino Unido porque “la música a todos nos iguala, ya que poco importa el estado social, la raza o el
idioma de cada ciudadano”.
Esta
orquesta del barrio londinense de Islington, es un claro ejemplo de como el
arte puede unir a alumnos de 60 grupos
étnicos con 31 lenguas diferentes. A este respecto Brown es categórico “las
artes deben ser parte central del sistema educativo de los estudiantes.
Nosotros lo estamos experimentando y estamos siendo conscientes de cómo ayudan
a desarrollar actitudes cognitivas y otro tipo de habilidades sociales en los
alumnos”.
El
lunes tocaron en el mercado de Colón,
el martes lo hicieron en Caxton College junto a la escuela de música del
colegio y hoy lo hacen en el Centro Cultural de la Beneficencia. Lo que más ha
llamado la atención a la audiencia ha sido la diversidad de corrientes
musicales a las que se enfrentan y la gran capacidad de adaptación a cada autor
y estilo. Música clásica, jazz,
latinoamericana, contemporánea… en todos los géneros demuestran su destreza gracias a un espíritu de excelencia
que ha quedado patente en la disciplina que imparte su director artístico. En
las dos actuaciones previas a la clausura de esta tarde en la Beneficencia han
dejado trazos de una enorme profesionalidad y talento.
Brown
se despide de Valencia con la exigencia que se marcan los grandes maestros: “emocionado y con ganas de seguir mejorando
y aumentando la calidad de los músicos para volver a España pronto y seguir
disfrutando de su público”. Los cuarenta jóvenes músicos, estudiantes de secundaria entre 11 y 18
años, se sienten felices por recibir el aplauso y la oportunidad de construirse
un modelo de vida alejado de la marginalidad a la que más de uno estaba
abocado por su condición social antes de que la música fuese parte de su
formación educativa. Por último, por qué no decirlo, los jóvenes músicos también
se sentían alegres porque después de esta larga y exhaustiva gira van a tener un
pequeño periodo de vacaciones como recompensa a un trabajo internacional con un
resultado sobresaliente.
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