La Plataforma de Afectados por
la Hipoteca (PAH) del Camp de Morvedre ha denunciado públicamente la
intención del IVVSA de desahuciar a una familia con un bebé de ocho
meses de su piso de Baladre, en Sagunto.
Según el colectivo, el
propietario del inmueble está al corriente de todos los pagos. Fue hace unos años, cuando
había trabajo y la vida parecía ir bien, que Iván quiso ayudar a
su abuelo, yéndose a su casa de Baladre y así cuidar del anciano,
sufragar todos los gastos y encontrar la independencia ansiada.
Pero la vida es así de
graciosa y un mal golpe vendría a visitar a esta familia. Ya muy
mayor, el abuelo de Iván falleció e Iván quedó solo en esta
vivienda. Era el 2009.
Con un contrato de compraventa
con el IVVSA (Instituto Valenciano de la Vivienda S. A.), la
vivienda siguió pagándose religiosamente con la ayuda de su novia
Jennifer, que se fue a vivir con él.
Por aquel entonces decidieron
reformar la casa y, refiriéndose a la vivienda, hacer las cosas
bien. Por si hubiera problemas, decidieron consultar a un abogado
amigo, que les recomendó ir a notaría y hacer una sucesión de
vivienda.
Por herencia, la vivienda pasa
a los hijos del fallecido que, en este caso son el padre y la tía de
Iván. Sólo si ella renunciaba a la vivienda y el padre cedía a su
hijo, él podría hacer uso de ella como nieto y así pasó. Tras
gastarse un pastón en notaría, la casa pasó a Iván.
Vistos en la obligación de
comunicarlo al IVVSA y, en previsión de males mayores, Iván y
Jennifer lo hacen, con la respuesta de un estudio por parte de este organismo. La respuesta es seguir pagando el piso y así lo hacen,
confiados y tranquilos. Sólo quedan cinco años de pagar, ha llegado un
retoño y tienen su hogar reformado y al día. No deben comunidad, luz o agua y están empadronados. De hecho, los aprecian en la
escalera que viven.
Hasta hace un par de semanas
en que el IVVSA, mediante un inspector y acompañado de la Policía,
les entrega una orden de desahucio. En el plazo de un mes si no
regularizan su condición, irán a la calle.
Asombrados y hechos polvo,
acuden a la PAH Morvedre en busca de una solución y "les decimos que
han de ponerse en contacto con la Asociación de Vecinos de Baladre y ésta los manda
al IVVSA para aclarar el tema. Lo intentan, pero en este organismo
existe una extensión sobre desahucios y no les atienden el
teléfono… Nada de nada. Al final, le dicen que redacte una carta
para estudiar su caso… El resto de documentación, hace tiempo que
la tienen allí".
"En principio, se trataba de
ahorrarse un viaje, pero hay que hacerlo, es lo mejor. Al fin, toman
contacto con la persona que buscan, pero va a la suya… Parece no
escuchar… Más bien parece una grabación, pues no deja de repetir
siempre lo mismo… “Imposible… No se puede… Han de marcharse…
Podéis alquilar…” Tras un rato largo de gastar saliva con
alguien a quien no parecía importarle mucho la cuestión, sale un
nombre y dice: “¡¡Ahhh… Haberlo dicho antes…!! No está
ahora…”
Con pocas esperanzas, Jennifer
sale de aquella patética oficina, pero con más ganas que nunca de
plantar cara y pedir justicia. Sólo les dan un alquiler… Años
pagando y, los últimos, pasando penurias para poder cumplir con sus
pagos.
"Faltan cinco años por pagar de
vivienda y ahora los quieren echar. ¿Qué gana el IVVSA en todo
esto? Pues suponemos que tener otra vivienda para especular. Otra
vivienda para tenerla vacía y que alguien desesperado se meta “de
patada”. Una cifra más en una abultada y desmesurada lista de
pisos vacíos en toda la Comunitat Valenciana", manifiestan desde la PAH Morvedre.
La PAH Morvedre "mediará en
este asunto. Intuimos que hay cientos de personas hostigadas por el
IVVSA e intentaremos que, en este caso, cada cual haga lo que le
corresponde. Servicios Sociales de Sagunto, la AAVV de Baladre, la
PAH Morvedre… Por un bien social común", destacan desde el colectivo.