Cristina RamónDurante los últimos meses se han puesto de moda las series documentales sobre grandes y exitosos deportistas, en las que aprovechan para narrar en primera persona como ha sido su camino a lo más alto en sus disciplinas. En ellas intervienen compañeros de profesión, periodistas e incluso la familia para dar su punto de vista acerca de cada momento crucial en la vida tanto personal como profesional del deportista. Hay varios ejemplos de esto: la serie de Carolina Marín, “Puedo porque pienso que puedo”; “Fernando Torres: el último símbolo”, “Fernando”, centrada en la figura del bicampeón del mundo de F1 Fernando Alonso y de la cual ya se ha anunciado una segunda temporada; “El corazón de Sergio Ramos” y el ejemplo más reciente, “Colgar las alas”, que pone el foco en la figura del ex capitán del Real Madrid y de la Selección Española Iker Casillas. Además, para 2021 está previsto el estreno de “Rafa Nadal Academy” y de un documental sobre el triunfo de España en el célebre Mundial de Sudáfrica 2010.
Estas cintas nos ayudan a conocer a la persona detrás de la estrella, esa que sufre, pelea y trabaja duro para conseguir la victoria. Nos relatan el camino, siempre tortuoso, hasta la cima del éxito, haciendo hincapié en lo bueno y lo malo de la fama, los elogios, las críticas y la exposición mediática. Gracias a estos documentales podemos meternos hasta la cocina, literalmente, con sus protagonistas y ver su día a día, descubriendo que no es tan idílico como lo describen algunos medios de comunicación o como pueden dejan entrever sus redes sociales. Ya sabemos que Instagram tiene varios filtros para que tengamos un mejor aspecto en pantalla, pero el filtro más importante que tiene es el que le pone a nuestra propia vida, tiñéndola de una felicidad que muy pocas veces se acerca a la realidad. La vida de los deportistas no es solo fama y dinero. Es sacrificio, entrenamiento, competición, aguantar el dolor hasta unos niveles que ni siquiera podemos sospechar, atender a mil medios de comunicación aunque sea lo último que les apetezca y poner buena cara cuando un fan se acerca a pedir una foto o un autógrafo.
Las series documentales centradas en deportistas y famosos en general nos ayudan a desmitificar sus vidas y a entender que no es oro todo lo que reluce y que como dice el Tío Ben en Spiderman, “Todo poder conlleva una gran responsabilidad”. En su caso, la responsabilidad es prepararse a conciencia para cada competición, con la presión de saber que los aficionados esperan el máximo de ellos y que no les pueden fallar. En estos reportajes vemos la preparación de un deportista de élite de cara a la competición y la rutina tan férrea de entrenamiento y alimentación que siguen para estar al 100%. Ojalá de esta forma comprendamos más a nuestros deportistas y no los critiquemos al primer tropiezo que tienen. Ellos se preparan para dar el máximo y ahora nos abren las puertas de su casa y de su vida. Aceptemos la invitación a pasar unos días con ellos a través de estas series, respetémoslos y agradezcamos cada día que podemos volver a verles en la pista o en el terreno de juego. Cuando se retiren ya no habrá vuelta atrás. Aprendamos a valorar y a disfrutar de la gran generación de deportistas que tenemos hoy en día. Aunque ya se sabe: “no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos”.
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