Miguel Á. Martín.
La política perdida Así es
la política española.
La política de partidos
nacida en la denominada Transición Española, hace tiempo que murió. Creo que
el mismo día que se legalizo el PCE, que si no me equivoco fue el jueves santo
de 1977. Durante esos días las elites económicas del país consiguieron
instaurar una transición Gatopardista, integrando con la generosidad de los
vencedores a los opuestos. Tan necesarios como ellos para legitimar el nuevo
sistema.
Pero a la Izquierda, a
cambio de aceptar ese nuevo sistema, se le exigió un sacrificio: la calle. La
política era demasiado complicada como para que pudiese entenderla cualquiera.
Era mucho mejor abandonar cualquier ejercicio de democracia participativa y
optar por una elite comprometida y escogida, eso si cada partido elegiría la
suya, que dirigiese los asuntos del país y llegase a los “consensos necesarios”
para acometer las grandes reformas…
La POLITICA con mayúsculas
murió, y se instauro otra. Una de intermediarios, de profesionales, de
oportunistas, de asalariados que año tras año ocupaban el mismo escaño.
Política de la que no se salvo ningún partido. Desde entonces todos “estos”,
como diría acertadamente el historiador Jose Alvarez Junco, han hecho una
interpretación dominante del pasado que ha convertido la Transición en algo
así como Sagrado y la Constitución como las Tablas de Moises esculpidas en
piedra. Algo que nos da ineludiblemente su visión del presente, una visión en
la que parece que lo suyo es un mal menor pero necesario, mientras se
arrodillan ante el poder económico.
Ahora nos toca a la ciudadanía
recuperar la política perdida, la que dejamos en sus manos, pero no para hacer
lo mismo, renovar partidos con ejemplares Estatutos que siempre contienen una
letra pequeña para eternizar a los cargos públicos. Sino para establecer una
nueva ética política, un nuevo sistema que recupere el Bien Común y la política
como herramienta para conseguirlo, mantenerlo y protegerlo. Una política sin
zombis, sin profesionales, sin “clase política” solo con ciudadanía activa e
implicada. ¡Urge hacerlo!, los populismos ya están llamando a la puerta y ya
sabemos lo que nos trajeron el siglo pasado. Recuperemos la política perdida.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia