Miles de bañistas disfrutan este domingo de agosto del sol y el mar en las playas de Las Arenas y la Malvarrosa de València. EFE/Manuel Bruque
La primera ola de calor de cada verano se adelanta a un ritmo de cuatro días por década desde 1985, año a partir del cual se ha producido un 90 % más de olas de calor, un fenómeno que se produce debido al cambio climático.
Así lo constata una investigación sobre el impacto de las olas de calor y el aumento de la temperatura del mar desarrollada por el Departamento de Meteorología y Climatología del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM).
Entre los fenómenos investigados se incluyen las precipitaciones torrenciales, la sequía, y los episodios de calor extremo, que se están convirtiendo en características permanentes del verano.
El CEAM pone el foco en el impacto de las olas de calor en la salud de la población, así como la repercusión del efecto isla de calor urbana, es decir la causa por la que las zonas urbanas experimentan temperaturas más altas que las zonas circundantes.
Por otra parte, el grupo de investigación del CEAM realiza una monitorización continua de las condiciones del mar Mediterráneo para obtener datos que se publican de forma periódica. De esta manera, se puede analizar la temperatura del agua observando el informe de la climatología de la Temperatura Superficial del Mar (TSM) en la cuenca mediterránea que sirve, también, de indicador de los efectos del cambio climático.
El director general de Calidad y Educación Ambiental de la Conselleria de Medio Ambiente, Jorge Blanco, ha señalado que estos estudios científicos ayudan a prevenir la acción del cambio climático y el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos.
La investigación integrada y multidisciplinar que lleva a cabo el CEAM combina observaciones de última generación y modelizaciones de alta resolución, teniendo en cuenta los diferentes componentes del sistema climático (suelo, vegetación, atmósfera y océano), así como sus interacciones, según explica.
Para Blanco, el análisis de los extremos de calor en períodos presentes y futuros es crucial para el desarrollo y diseño de medidas de adaptación con el fin de minimizar los efectos adversos.
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