Mucho se ha hablado en los últimos meses sobre el parón sufrido en el sector turístico. Dueños de bares, hoteles y restaurantes se han vaciado tratando, primero de cuadrar cuentas para mantener a flote sus negocios, segundo ajustándose a la ristra de medidas que les iban imponiendo en función de la incidencia y evolución del virus y tercero, ya en este último tramo, tratando de recuperar la normalidad y aproximándose más a la vida anterior a la pandemia. Aunque todavía queda trecho por recorrer.
A nadie se le escapa la importancia del turismo y el peso de la hostelería en este país y más en concreto en la Comunitat Valenciana, una de las zonas que tradicionalmente más visitantes acoge cuando existe oportunidad de asueto. Pero lo cierto es que estos meses de incertidumbre no sólo han afectado a los protagonistas directos de esta crisis, sino que también ha puesto trabas en el camino de otros agentes secundarios que aunque no salgan en la foto, también viven en gran parte del tráfico de turistas.
Es el caso, por ejemplo, de proveedores de refrescos o comidas, de empresas especializadas en la limpieza de apartamentos o de agencias que gestionan actividades de ocio en estos enclaves turísticos. Dentro de esta extensísima lista también hay hueco para los despachos de abogados especializados en reclamar indemnizaciones a aerolíneas. Guardianes de los derechos de los pasajeros, reconocen haber atravesado por todo tipo de momentos según evolucionaba la situación.
Del aluvión de reclamaciones a la ausencia de vuelos
Y es que a nadie le gusta ver que sus vacaciones se vean alteradas por cualquier tipo de imprevisto. En el caso de la pandemia no quedó más remedio que asumir lo irremediable, pero en otros contextos más asociados a la ‘normalidad’ es motivo de cabreo encontrarse con alteraciones en tu vuelo hacia el destino escogido.
Cancelaciones, retrasos, pérdidas de equipaje, overbooking… Todo este tipo de problemas tienen una solución y generalmente suele pasar por una reclamación judicial a la aerolínea. De ello se encargan despachos como Indemniza.me, para los cuales la pandemia ha sido una odisea de varios actos.
Iván Metola, abogado especializado en estos procedimientos y CEO del despacho, asegura que “en una primera fase, ante la cancelación masiva de vuelos por las restricciones del Covid tuvimos un aluvión de consultas de nuestros clientes sobre los derechos que tenían para obtener el reembolso de los billetes”. Además apunta que esta duda se desarrolló especialmente “en un momento concreto en el que las aerolíneas facilitaban como única opción de reembolso los bonos de viaje”.
Tras esta fase de mucho trabajo, “llegó la ausencia de nuevos vuelos y un momento concreto de parón, que aprovechamos para agilizar la tramitación de los casos que ya teníamos abiertos y trazar estrategias para el futuro”. En cualquier caso, Iván Metola no oculta que “es indudable que la paralización de los vuelos nos ha afectado, como a todas las compañías del sector, ya que pasada la fase de cancelaciones la actividad se paralizó casi por completo”.
Aún así, el letrado no se resigna y procura mirar el lado positivo de la balanza ya que “este parón ha servido para agilizar la tramitación de las reclamaciones más antiguas, dando oxígeno a los Juzgados que venían padeciendo un auténtico colapso”.
¿Cómo puede saber un pasajero si tiene derecho a una indemnización?
Dado que, en palabras del letrado, “es frecuente que las aerolíneas no informen adecuadamente a los pasajeros de sus derechos o lo hagan de manera sesgada para evitar la reclamación”, lo mejor para conocer si existe la posibilidad de indemnización es realizar una consulta ajena a la aerolínea y ponerse en contacto con un profesional que pueda valorar las opciones existentes.
Y es que, tal y como revela Iván Metola, “con la excusa de la pandemia muchas aerolíneas indican que por causa del Covid el pasajero no tiene ningún derecho a reclamar, lo que obviamente no es cierto”. De igual modo, aunque haya que comprobar cada caso concreto y detectar si la reclamación es viable “los pasajeros deben saber que tienen derecho a recuperar el dinero del billete en metálico y no aceptar obligatoriamente los bonos de viaje”. Un caso que lamenta haberse encontrado en reiteradas ocasiones en los últimos meses.