Ronda de Amor, de Mariano Benlliure. FOTO: DIVAL La Diputación de Valencia ha finalizado los trabajos de restauración de la “Ronda de Amor” esculpida por Mariano Benlliure en 1889 durante su estancia en Roma. La talla de mármol del célebre artista valenciano forma parte del extenso fondo artístico de la institución provincial.
Los trabajos de adecuación artística de la escultura de Benlliure se han realizado “in situ” en el Palau dels Scala, sede institucional de la Diputación de Valencia.
La excelencia de la pieza se constata en la consideración que el Museo del Prado le dedica a una versión, prácticamente idéntica, de la “Ronda de Amor”. La primera pinacoteca española exhibe la escultura “Canto de Amor” en un espacio propio y le dedica una amplia ficha técnica en la galería de su fondo escultórico.
La obra expuesta en el Museo del Prado fue tallada, también en mármol, por Mariano Benlliure entre 1897 y 1898, ocho años después de la primera versión que puede contemplarse en la Diputación de Valencia.
Dos meses de trabajos de restauración
El restaurador de materiales pétreos y yesos, Roberto Amador Moscardó, ha empleado dos meses de trabajo para restaurar la “Ronda de Amor” de Mariano Benlliure, una imponente pieza que representa una alegoría del recuerdo del primer encuentro de una joven con su amado, mientras un corro de cinco niños –en la obra del Museo del Prado hay cuatro niños- danza en torno suyo.
La escultura es un fiel reflejo del gusto de Benlliure por materializar el ritmo y el movimiento de un instante. En la pieza de la Diputación, el artista se arriesgó más y se observa que uno de los brazos infantiles no se apoya en la figura central, como sí hizo en la segunda versión, lo que acentúa más la levedad de la anatomía infantil.
Limpiezas química y mecánica
Según el restaurador, la intervención ha recuperado el esplendor de la pieza y ha frenado los daños propios del envejecimiento natural de la obra. “El amarilleamiento de la epidermis de la escultura ha sido subsanado con un arduo proceso de limpieza mecánica y limpieza química con las máximas garantías hacia el original”, explica el experto.
El daño más grave, la desaparición del primer ortejo derecho –dedo gordo del pie derecho- de uno de los niños ha sido solucionado “rehaciendo la pieza desaparecida y uniéndola a la obra final”, ha detallado el técnico.
El estado de conservación de la escultura, adquirida por la Diputación de Valencia a finales de los años 80, era correcto a nivel estructural, por lo que los trabajos de adecuación se han centrado básicamente en su epidermis.
De la documentación gráfica a la reintegración cromática
La intervención comenzó hace dos meses con la documentación fotográfica y gráfica de la obra, así como la toma de muestras y analíticas. El proceso de limpieza posterior se ha realizado en dos fases, una primera más superficial y una segunda con soluciones químicas para eliminar la suciedad y todo aquello que la anterior limpieza no fue capaz de retirar.
Los trabajos continuaron con el modelado del dedo faltante del niño para su posterior reproducción e integración en el resto de la obra. Finalmente se procedió a la recuperación cromática para otorgar una visión coherente y unitaria a la escultura.
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