Los datos oficiales
sobre el abandono de explotaciones agrícolas se ceban especialmente con la
fruta de verano. La superficie de ciruela, albaricoque, melocotón y nectarina
enla Comunidad Valenciana (16.088 hectáreas) desciende un 20% en los
últimos cinco años (20.010 hectáreas en 2006) y hasta un 35% en la última
década (24.877 hectáreas en 2002), según un estudio dela Asociación Valenciana
de Agricultores (AVA-ASAJA) calculado en base a las estadísticas del Ministerio
de Agricultura.
La organización agraria
atribuye este imparable abandono a la insostenible falta de rentabilidad, que
culminó el verano pasado al desatarse la crisis del E. Coli y que provocó el
hundimiento de los precios de frutas y hortalizas. Además, sobre todo en la
comarca deLa Ribera Alta, los campos de fruta dulce han sido sustituidos
por caqui, un cultivo subtropical que viene registrando aceptables cotizaciones.
“Este sector sufre como
pocos una tremenda volatilidad de los precios, ya sea entre distintas campañas
o dentro de una misma. Un año después de la crisis de los pepinos,la
Comisión Europea sigue sin ofrecer soluciones estructurales y ni plantea
reflejarlas en la inminente reforma dela PAC. Por eso urge otra Política
Agrícola Común (PAC): de poco van a servir ayudas que no cubran buena parte de
los gastos; hay que apostar por medidas de mercado que permitan garantizar
precios dignos a los productores”, apunta el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal
Aguado. Así, el dirigente agrario insta a las distintas comunidades autónomas
productoras de fruta a unir sus fuerzas para defender al sector en pleno debate
dela PAC.
Una campaña irregular
La campaña de fruta dulce
cierra con precios que, pese a situarse por encima de los costes de producción,
no alcanzan a compensar el importante descenso de cosecha provocado por las
heladas de febrero, la incidencia de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata)
y problemas de cuajado y agrietado de la piel.
Las mermas más
importantes se han producido enLa Ribera Alta, donde las temperaturas por
debajo de cero ocasionaron mermas de hasta el 50% de la fruta. En estos casos,
aquellos agricultores que contrataron el seguro de la cosecha no han sufrido
importantes pérdidas. La escasez de oferta ha abocado a incrementar las
cotizaciones en origen a una media de 0,80 €/kg en melocotón y nectarina, y los
0,45 €/kg en albaricoque y ciruela. Según Aguado, “estos precios suponen un
alza del 30% respecto al año pasado, lo que significa que el sector frutícola
ha remontado la crisis de precios desatada porla E. Coli y, lo más
importante, la crisis de confianza de los consumidores europeos”.
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