LA UNIÓ de Llauradors
muestra su preocupación ante la campaña tan desastrosa que vive en estos
momentos la variedad Navelina, de la que aproximadamente un 30% de la cosecha
se va a quedar en los árboles porque sólo se recolectan calibres grandes y el
precio es muy bajo.
La importancia de esta
variedad en el panorama citrÃcola valenciano es evidente pues representa el 44%
de la producción de naranja y el 23% del total citrÃcola.
El argumento esgrimido
por los operadores comerciales para dejar de recolectar buena parte de la
cosecha es el bajo calibre de la fruta y asà únicamente se recolectan en el
campo aquellos calibres superiores a los 70 milÃmetros, aunque en contra de lo
anterior cabe señalar que en la pasada campaña se recolectaban los de 67
milÃmetros.
El problema por tanto
es otro a juicio de LA UNIÓ y se debe más bien a la falta de demanda en el
mercado hacia nuestra naranja. Las producciones de nuestra Navelina y las
procedentes del Cono Sur se han solapado este año en los mercados. La campaña
nuestra por las condiciones climatológicas especiales de este año vino atrasada
y la del Cono Sur también, lo que motivó que algunos operadores comerciales
desaprensivos de aquà se apresuraron a competir con una naranja sin tener
todavÃa las condiciones adecuadas para comercializar con otra de buena calidad
importada. El resultado ha sido el hundimiento del mercado de la naranja
Navelina y la preocupación por ver cómo afectará a las otras variedades más
tardÃas,
La única opción que les
está quedando a los agricultores es venderla para zumo con unos precios
irrisorios, 0,07 céntimos/kg si la recoges y la llevas tu al almacén o 0,025
céntimos €/kg si te la recogen en el campo y se la llevan. Los costes de
producción de la variedad Navelina según los datos del Instituto Valenciano de
Investigaciones Agrarias (IVIA) son de unos 0,22 euros/kg.
Las consecuencias para
los productores son graves pues el hecho de que se le recoja menos cosecha o se
le pague poco por su fruta provocará una importante perdida de ingresos, pero
también una reducción de trabajo muy grande en almacenes y menos trabajo para
los collidors que tendrán una inferior protección social añadida para el resto
del año (menos dÃas cotizados implica menos derecho al paro). También ocasiona
problemas de seguridad en el campo pues los campos parecen no recolectados y
son atractivos para los robos al existir almacenes fantasma que se dedican a
comprar fruta hurtada.
En zonas como por
ejemplo la Ribera en la provincia de Valencia, donde se concentra el 28% de la
producción de Navelina, la situación puede ser dramática para los agricultores
que van a tener grandes pérdidas y no podrán reinvertir en su explotación para
hacerla más competitiva; asà como para las cooperativas que están
sobredimensionadas ya con unos costes fijos.
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