LA
UNIÓ de Llauradors ha presentado a la Delegación del Gobierno y a los
Ministerios de Agricultura y Hacienda un completo informe para que el
Gobierno apruebe reducciones fiscales para los diferentes sectores
agrícolas y ganaderos de la Comunitat Valenciana que sufrieron a lo
largo del pasado año multitud de circunstancias de extraordinaria
índole, desde climatológicas como la sequía entre otras hasta crisis de
precios por el veto ruso o un incremento generalizado de los costes de
producción.
El
informe de LA UNIÓ se basa en un informe de cada cultivo que pone de
manifiesto que se ha ocasionado una reducción drástica de los ingresos
procedentes de la actividad agraria que conllevan la consecuente
disminución de los ingresos necesarios para hacer frente a las
inversiones y gastos para seguir manteniendo en activo su actividad
económica y empresarial. Por tanto se precisa una adecuación de los
índices de rendimiento neto de las actividades agrarias a la realidad
económica del sector productor agrícola y ganadero del ejercicio 2014.
En
los sectores agrícolas y ganaderos este período de sequía por ejemplo
ha provocado numerosas pérdidas, estimadas por LA UNIÓ en cerca de 500
millones de euros, y que han tenido una repercusión directa en la
disminución de ingresos con un mayor endeudamiento y, por tanto, una
pérdida de la capacidad de invertir en el cultivo en particular y en la
explotación en general. Los costes de producción además no han parado de
incrementarse a lo largo de todo el ejercicio.
Las
ayudas para paliar los efectos de la sequía se han limitado a financiar
el coste de un año de carencia de los préstamos a los planes de mejora y
modernización o para ganaderos de extensivo y apicultores de algunas
provincias, entre las que no están las nuestras. Por su parte, en
relación al veto ruso los productores de fruta de verano se quedaron
fuera del acceso a las ayudas al publicarse demasiado tarde las ayudas y
los productores de otros cultivos, pese a tener ayudas, sólo les han
servido para sufragar los gastos de recolección y transporte. Tanto el
porcino como la granada, muy afectados por el veto ruso, se han quedado
definitivamente sin ayudas compensatorias y deberían ver reducido su
módulo a las circunstancias actuales.
Muchas
Administraciones Públicas se escudan a la hora de negar ayudas en la
existencia de líneas de seguro pero hay que tener en cuenta que pocos
sectores agrarios superan el 60% de aseguramiento por no adaptarse a la
realidad del sector el actual sistema de seguros agrarios. En cultivos
como los hortícolas, frutos secos o aceite, son testimoniales las
contrataciones de seguros agrarios.
Los
sectores ganaderos, por su parte, son los grandes perjudicados en el
tratamiento fiscal del Ministerio de Hacienda en el sector agrario y,
concretamente, los servicios de cría, guarda y engorde de animales
(régimen de integración ganadera) que tienen los índices de rendimiento
más elevados del sector agrario, el 0,42 en aviar y el 0,56 para porcino
y resto de explotaciones ganaderas de este sistema productivo. el
rendimiento económico de las explotaciones ganaderas en régimen de
integración están por debajo de estos índices de rendimiento neto que
fija el ministerio de hacienda de cara a la declaración del Impuesto de
Personas Físicas. Este hecho conlleva que los ganaderos en régimen de
integración tengan una sobreimposición por parte de las arcas del estado
al considerar que tienen más beneficios que los que realmente tienen.
De la evolución de los ingresos y de los costes de las explotaciones de
porcino y aves en régimen de integración y del ratio margen neto
(ingresos menos costes) se comprueba que están por debajo de los índices
actuales. Además, a esto hay que añadir el incremento de la
electricidad y gas -vitales para su continuidad-, y que ha provocado que
las empresas integradoras reduzcan las entradas de aves y cerdos en las
granjas, lo que ha conllevado una evidente disminución de la renta:
menos ingresos y mayores costes fijos.
En
referencia a la producción de carne de conejo, el sector ha
experimentado unas pérdidas anormales a consecuencia de la enfermedad de
la hemorragia vírica de la nueva variante y, también, por elevadas
bajas de animales a consecuencia de la mixomatosis.
A
lo largo del año 2014 se han producido diversos siniestros
climatológicos, aparte de la sequía, que han afectado a la rentabilidad
de las explotaciones afectadas. A continuación se expone la afección en
el sector agrario valenciano de forma mensual:
Enero: las
rachas de viento azotaron con fuerza sobre todo en Castellón y
Alicante dañando a la producción de cítricos, provocando rameados,
pinchazos y caídas al suelo de la fruta. Se vieron afectadas por el
siniestro unas 3.300 parcelas (3.500 ha) con daños entre el 23 y el 30%.
Febrero: se
sucedieron temporales de viento de poniente con notables oscilaciones
en la temperatura. Ello provocó siniestros en cítricos, tanto por
adversidades climáticas (caídas, rajados) como por viento 1.100
parcelas se vieron afectadas por este episodio de siniestros.
Marzo: a finales de mes se produjo una helada que causó daños a la producción de frutales, 470 parcelas (329 ha).
Mayo: se
registró un pedrisco en la Ribera del Júcar que causó daños a la
producción de caqui en unas 486 parcelas (203 ha). En cereza se produjo
un mal cuajado en las variedades tempranas que provocaron pérdidas a
los agricultores. En la comarca Utiel-Requena y en viña, se produjo la
marchitez fisiológica en la variedad Bobal.
Junio:
se registraron distintos pedriscos, pero destacable fue el acaecido el
día 24 afectando en las comarcas de Gandía y Ribera del Júcar en
Valencia. El cultivo afectado es sobre todo cítricos que afectaron, como
mínimo a 6.682 parcelas (3.722. ha) con daños medios. También se ha
vio afectado el caqui en la Ribera, 1.754 parcelas (801ha) con daños
altos.
Julio:
los siniestros de pedrisco fueron recurrentes a lo largo de todo el
verano. Las provincias más afectadas fueron Castellón y Valencia.
Algunos episodios de gran intensidad provocaron caída de frutos.
Lógicamente la producción más dañada son los cítricos, con daños como
mínimo en 7.530 parcelas (4.381ha).También se vio afectada la
producción de Caqui en la Ribera del Júcar (Valencia) con daños
en unas 664 parcelas (323 ha) con daños medios.
Septiembre:
los episodios de pedrisco fueron muy numerosos y puntualmente muy
intensos. Las tormentas más importantes tuvieron lugar entre los
días 6 y 8 con daños en La Costera de Játiva, la Ribera del Júcar y el
término de Sinarcas en Utiel-Requena y entre los días 21 y 24 en que
también se vieron afectados Castellón (comarca La Plana) y Alicante
(comarca Meridional). Las especies más afectadas fuero los cítricos, la
uva de vino y el caqui. De cítricos se vieron afectadas un mínimo de
6.620 parcelas (3.507 ha). Los daños oscilaron entre el 25% y el 50%.
En cuanto a la uva de vinificación, hubo una afección en un mínimo de
1.653 parcelas (1.909 ha) con daños en el entorno del 30%. La producción
de caqui también se vio muy dañada en un mínimo de 2.320 parcelas
(1.295 ha), con daños entre el 40% y el 60%.
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