LA UNIÓ resalta el gran temor y la sensación de
inseguridad entre los habitantes de las zonas rurales por el incremento de
los robos tanto en casas como en explotaciones agrícolas, acrecentado por
las agresiones que se vienen cometiendo con una gran violencia contra las
víctimas.
Es el caso por ejemplo de un matrimonio de agricultores mayores quienes en
la madrugada del pasado domingo fueron asaltados, maniatados y atacados por
unos encapuchados para robarles en su casa situada en el término rural de
Benicarló. El asalto se produjo sobre las 2 de la madrugada mientras
dormían, tras forzar la puerta de entrada. Fueron inmovilizados y maniatados
en dos sillas. Con objeto de descubrir donde guardaban dinero recibieron
puñetazos y el hombre también resulto apuñalado en una pierna. No es la
primera vez que les robaban y sufrían destrozos personales en su finca,
aunque sí la primera en la que sufren heridas.
La localidad de Albocàsser también ha sido objeto de robos durante los
últimos días. Los transformadores eléctricos, maquinaria y herramientas en
diversas granjas y en la planta de purines que no ha llegado nunca a
funcionar han recibido la visita de los amigos de lo ajeno precisamente en
una zona situada a escasa distancia de la prisión que en teoría debería
contar con mayor vigilancia.
El asesinato del vigilante de un campo de naranjos el pasado verano o el de
un agricultor en Elche hace ahora tres años son hechos que no se pueden
volver a repetir aunque el aumento de la violencia y ensañamiento para
lograr dinero o material hace temer lo peor.
LA UNIÓ ha remitido un escrito a la Delegación del Gobierno, que reitera el
enviado el pasado 15 de enero y lo trasladado en persona en la Comisión de
Seguridad en el Ámbito Rural del pasado 3 de marzo, donde especifica que hay
un incremento anormal de los episodios de robos y actos vandálicos en las
zonas rurales, con especial incidencia en las explotaciones agrarias. “Si
bien estos hechos son graves, cuando estos actos conllevan la agresión
brutal a personas indefensas y de avanzada edad como el último caso de
Benicarló, se convierten en deleznables e intolerables y sobre los que hay
que establecer todas las medidas posibles para evitar que se repitan”,
señala LA UNIÓ.
Se dan pasos contra los robos pero muy lentamente y por ello LA UNIÓ reclama
más endurecimiento de las medidas para garantizar la seguridad de las
personas y los bienes en las zonas rurales. Así, pide más vigilancia
policial y mayor presión e intimidación para evitar que se cometan los
robos. Aparte de aumentar los efectivos de las fuerzas de seguridad del
Estado habría que incrementar los del ámbito autonómico y coordinar o
mancomunar las diferentes policías locales o guarderías rurales existentes.
La reforma del Código Penal, aprobada por el Consejo de Ministros en
septiembre del pasado año, sigue estancada en su proceso de trámite
parlamentario cuando debería haber sido tramitada por vía de urgencia porque
por primera ocasión contiene aspectos para frenar o disuadir los robos en el
campo valenciano. LA UNIÓ ha demandado a la Delegada del Gobierno que
“intermedie para lograr una agilización de la tramitación y aprobación de la
reforma del Código Penal tan esperada por el sector agrario para que los
autores de este tipo de delitos sepan que las penas van a ser más duras que
las actuales”.
Otro aspecto a trabajar y mejorar en los robos de las zonas rurales es la
persecución e inspección de las empresas (almacenes, chatarrerías, etc.) que
compran producciones agrarias o de otro tipo y no puedan demostrar su
procedencia o enclaves potencialmente susceptibles de vender mercancía
robada, tanto de producto agrícola como de material como cobre,
herramientas, etc. Precisamente un ganadero de les Coves de Vinromà localizó
recientemente en un almacén de chatarra de Vilafamés lo que le habían robado
y encima le querían hacer pagar por recuperarlo.
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