Andrés Martínez/EPDA Estos tiempos complicados nos exigen un extraordinario esfuerzo de creatividad y altas dosis de optimismo. Enfocados en generar oportunidades, la única certeza con la que contamos hoy es que en apenas unas horas los escenarios cambian de forma tan radical que el mejor valor ahora es la adaptabilidad y la versatilidad para ser capaces de reaccionar con solvencia y eficiencia. Las constantes novedades que llegan desde las instituciones nacionales y europeas sobre las vacunas, generan un abanico de incertidumbres que hacen complicado ser proactivos pero no cesamos en nuestro empeño.
Además de la evidente preocupación por la gravísima pandemia y sus efectos sobre la salud de nuestros
compatriotas, de nuestros vecinos; la inquietud por todas aquellas familias que, además de haber podido padecer de cerca la enfermedad, vayan a poder desarrollar severos problemas económicos es algo que me quita el sueño. En este momento, como es lógico, nuestra principal prioridad es atender a quienes esta crisis ha dejado ya atrás, y seguiremos reforzando los Servicios Sociales, pero esto no va a ser suficiente.
Debemos estar preparados para afrontar una segunda campaña turística muy distinta para todos y asumir que las restricciones para el desarrollo de las actividades económicas vinculadas al sector van a verse fuertemente condicionadas por esta crisis sanitaria. Sólo acelerar un proceso de vacunación seguro nos va a permitir enfocarnos con optimismo en el corto plazo.
Los viales no llegan, las fechas se retrasan y ni siquiera tenemos la certeza de que dentro de este año vayamos a estar todos y todas vacunados, a pesar de la grandilocuencia de los anuncios de algunos políticos, la realidad cae como una losa en forma de incertezas y retrasos.
Este fin de semana finaliza la Semana Santa con la celebración de Sant Antoni en nuestra población, jornada en la que casi nada será como lo era antes de la Covid19.
Este año no estamos confinados en nuestras viviendas, tal y como estábamos el año pasado, pero la situación es igualmente singular.
Los confinamientos perimetrales en las comunidades autónomas y las restricciones horarias y de movilidad,
además de las condiciones impuestas por las actividades sanitarias para el desarrollo de múltiples actividades, hacen que estos días sean muy distintos a como solían ser. Para Peñíscola, como para multitud de destinos turísticos de nuestro país, la Semana Santa suponía – año tras año – el arranque de la temporada turística, nada más lejos hoy de la realidad.
La vacuna necesaria lo es también para la recuperación de la actividad del sector; debe ser prioridad y debe
centrar los esfuerzos de cuantos organismos nacionales e internacionales sean necesarios; sólo así conseguiremos
remontar.
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