El comienzo del nuevo curso está cerca y es
importante pensar en la visión de su hijo, así como en todos los libros de
texto que necesitará, en su uniforme, etc. Los estudios demuestran que uno de
cada cuatro niños tiene un problema visual no detectado que puede afectar a su
capacidad de aprendizaje, esto refuerza la importancia de que los padres lleven
a sus hijos a realizarse un examen de la vista.
Los ópticos-optometristas recomiendan un examen
ocular anual para niños a partir de tres años, sin embargo, una encuesta
realizada por Specsavers Opticas reveló que en Torrevieja sólo el 39% de los
encuestados habían llevado a sus hijos a que un óptico-optometrista les
realizara un examen de la vista. Es preocupante que en Jávea sólo el 17% de los
niños de 6 - 12 años se han realizado un examen visual alguna vez. Pero este
hecho es aún más sorprendente, ya que el 65% de los encuestados eran
conscientes de que una deficiencia visual podía afectar al rendimiento de sus
hijos en la escuela.
Los padres encuestados en Calpe obtuvieron los mejores
resultados y lideran el ranking en comparación con otras ciudades encuestadas
en la Costa Blanca, concretamente un 67% aseguraba haber llevado a sus hijos a
un óptico-optometrista para que les realizasen un examen de la vista, sin
embargo este porcentaje no es tan alto como los profesionales quisieran.
Los expertos creen que muchos problemas de
aprendizaje pueden estar relacionados con la vista y el aprendizaje depende en
gran medida de una buena visión, por lo que sería fundamental revisiones
oculares periódicas y que los niños usen gafas siempre que las necesiten.
¡No puedo
esperar para enseñar mis gafas nuevas a mis amigos!
Megan Oliver tenía tan sólo 4 años cuando su madre,
Charlotte Way, notó que su ojo se estaba desviando hacia adentro. Después de que
ella misma hubiera experimentado un ojo vago sabía que era importante llevar a
Megan a una revisión tan pronto como fuera posible.
Las pruebas confirmaron que Megan era miope y
tendría que usar gafas, aunque los médicos no estaban seguros durante cuánto
tiempo tendría que llevarlas. Tras la cita Charlotte no se quedó muy tranquila
y decidió llevar a Megan a Specsavers Opticas en Fuengirola para poder hablar
con un óptico-optometrista en inglés, obtener una segunda opinión y saber
exactamente qué era lo que iba mal.
El óptico-optometrista explicó que en el ojo derecho
de Megan había un exceso de compensación hacia su izquierda, lo que provocaba
que se desviara hacia adentro, así que le recomendaron llevar gafas para tratar
el problema. Como Megan tiene una hermana gemela, Chloe, el óptico-optometrista
le aconsejó a Charlotte llevar a Chloe al hospital para una prueba de
diagnóstico y comprobar si había algún problema también en su vista. Unos meses
más tarde, se confirmó que Chloe tenía un ojo vago, algo que hubiera pasado
desapercibido si el óptico-optometrista no le hubiera aconsejado a su madre
llevarla a realizarse esa prueba. Chloe también tiene ahora que usar gafas para
tratar de corregir su ojo vago, así que volvieron a Specsavers en Fuengirola
para elegir sus monturas Disney en rosa.
Chloe quiere volver ya al cole para que la vean sus
amigos, “cuando mi hermana Megan lleva sus gafas todos nuestros amigos de clase
quieren gafas también, seguro que las mías les van a encantar. ¡No puedo
esperar para enseñarles mis gafas nuevas!“
Los exámenes regulares de la vista en niños son tan
importantes como en adultos, si la madre de Chloe y Megan no las hubiera
llevado a la óptica cuando lo hizo podría haber causado un daño permanente en
los ojos de las niñas que hubiera afectado a su rendimiento escolar.
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