Calle característica del Grupo Antonio Rueda. /FOTO H. G.
Calle Tonico. /H. G.Cuando el Ayuntamiento de València decidió cambiar el nombre de 51 calles, puso especial énfasis en las del Grupo Antonio Rueda, una singular barriada a un lateral de la espigada avenida Tres Forques, en la zona sur metropolitana. ¿Y en qué se basa su originalidad? Sobre todo en que alterna calles de 16 chalés con edificios grisáceos asentados en hoscos soportales. Me zambullo.
Empiezo por la calle María Zambrano (filósofa), antes calle Vicente Maroto (los rótulos solo citan la profesión de la nueva o el nuevo titular), que pasa frente al colegio Parc de l´Oest (antes Doctor López Rosat). Al otro lado mantiene la cancha de fútbol sala, la de baloncesto y un solar que supera la treintena de años. Cambian los nombres, pero no la fisonomía del barrio ni sus carencias.
Desde la puerta del colegio puedo optar entre las calles Literatura (antes José María Osset) e Il·lustració (matrimonio Alcántara-Ríos en un pasado cercano). Ambas con 16 chalés, me inclino por la segunda porque todas sus viviendas tienen macetas en sus puertas. Una tercera opción hubiera sido la calle de la Fotografía (antes Carmen Tronchoni), donde, bajo sus soportales, emerge la sede la asociación de vecinos.
Sigo hasta la transversal Antonio Ballester Vilaseca, ‘Tonico’(escultor), antes calle Juan Antonio Valero de Palma. Paso por la puerta de la asociación de jubilados Los Artistas, otrora local fallero por un lado y despacho de pan por otro, y dejo a un lado la sede de la Societat Musical La Unió de Tres Forques y el transitado centro de mayores Mare de Déu dels Desamparats.
Calle del Cine
Continúo en línea recta hasta la calle del Cine (antes Casilda Castellvi), con su parque de palmeras marchitas y un columpio a cada extremo. Les recomiendo que lo vean. Llego hasta la escuela de música Allegreto y al concurrido instituto Cid Campeador. Me lo pienso. Desando diez pasos y me cruzo con el rótulo que nombra a Virgina Wolf, escritora, antes (la travesía) Juan José Gómez. En ella desembocan tres de las clásicas calles de 16 chalés: pintor Joan Reixach (Corbín Ferrer en el pasado), de la poesía (antes Damián Adalib) y metge Mariano Carsí (Salvador Cortils hasta hace poco más de un año).
De allí voy a la inscripción (con un reciente y enorme tachón rojo) que recuerda la construcción del Grupo Antonio Rueda (1.002 viviendas) en 1972. Me asomo a la austera parroquia de San Gabriel, junto al destartalado parque (con sus habituales dos columpios) de la calle Elena Just, política (antes Vicente Agustí). Sigo hacia Tres Forques y dejo a mi izquierda y por este orden las calles chaleteras de Rosa Estruch (otra política), antes Arturo Fosar; María Cambrils, escritora (antes Servando Conejero) y Emilia Pardo Bazán, igualmente escritora (antes Sabas Arias).
Penetro en la mediana de soportales sobre un suelo de excrementos caninos y manchas en la citada calle Just Castillo y me introduzco en otro dédalo de vías peatonales renombradas, ya sin apenas macetas junto a la entrada de sus viviendas. Paseo por filósofa Olympe de Gouges (antes Manuel Grifoll), política Federica Montseny (antes Francisco Llobell) y filósofa Simone de Beauvoir (Luciano Vilatela en el pasado). Aquí me detengo ante la excepción de su puerta cuatro para contar hasta una veintena de macetas.
María de Maeztu
Ya se va acabando el puchero de nombres. Paso por pedagoga María de Maeztu (antes Mario Aristoy), una calle más de bloques grisáceos con su inevitable parque tristón y sus soportales desconchados, y empalmo con una ristra de renombradas: matemática Ada Lovelace (luis Sanjuán en el pasado), ginecóloga Concepció Alexandre (Federico Iranzo antes, aunque a estas alturas ya no hace falta ni explicar el segundo nombre), mestra Empar Navarro (José Pelufo) y también mestra Enriqueta Agut (Tomás Ribes). Y, transversal, con sus ya repetitivos soportales, pedagoga María Montessori (Francisco Alegre).
Me marcho por la diminuta política Pilar Soler (antes José Muñoz), calle curiosa por carecer de puerta de entrada a viviendas. Únicamente cuenta con dos salidas de locales comerciales. De ahí desemboco a la altura del número 80 de Tres Forques y me doy un respiro de tanto renombre. Hasta el próximo ‘Curioseando Valencia’, el primer viernes de febrero.
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