Vista general de la basura acumulada en una calle del barrio de Ruzafa cuando Valencia vuelve poco a poco a la normalidad en un día laborable tras unas Fallas en las que se han batido récords en número de visitantes. EFE/Manuel Bruque
La recogida de residuos en las Fallas de 2023, que han tenido una afluencia masiva de visitantes, ha aumentado un 1,6 por ciento respecto al pasado año, pero la cifra se ha reducido un 3,6 por ciento en relación con las de 2019, en la prepandemia.
Así lo ha dado a conocer este martes el vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, durante el balance del operativo de recogida de residuos y limpieza del espacio público durante las Fallas de 2023, en concreto entre los días 12 y 20 de marzo, según fuentes municipales.
"Resulta llamativo que las cifras récord de turismo, participación ciudadana y ocupación hotelera registrados no se han traducido en los datos de recogida de residuos”, ha subrayado Campillo, quien ha hecho un llamamiento a “reflexionar con serenidad y siempre con diálogo con el mundo fallero sobre el modelo de fiestas que queremos para la ciudad”.
Además, ha defendido “la necesidad de implantar una tasa turística a partir del año 2024 para que las personas visitantes contribuyan en la financiación de los servicios públicos que prestamos desde la administración municipal”.
Durante el balance de limpieza, ha destacado el índice de separación de residuos, que ha aumentado como consecuencia del despliegue de contenedores de recogida selectiva por toda la ciudad, especialmente de recogida de materia orgánica, y ha indicado que aunque el aumento es ligero respecto a 2022, prácticamente se ha duplicado desde 2019, pasando del 15 % al 29 % sobre el total de residuos.
La recogida de materia orgánica (contenedor marrón) ha aumentado un 8 % respecto a 2022, presentando un crecimiento del 200 % respecto a 2019, es decir, tres veces superior; la recogida de envases ligeros (contenedor amarillo) y de papel-cartón (contenedor azul) presentan una disminución del 3 % y del 4 %, respecto a 2022. Aun así, es un 70 % superior a los datos registrados en 2019.
Por su parte, la recogida de vidrio (contenedor verde) ha aumentado un 16 % respecto a 2022, con un incremento del 27 % respecto a 2019; y en cuanto a la recogida de residuos no selectivo o resto (contenedor gris), ha aumentado un 1 respecto a 2022, y ha presentado una disminución del 19 % respecto a 2019, como efecto directo de la mayor separación de orgánica, lo que hace disminuir los residuos en el contenedor de restos (gris).
Finalmente, se ha referido a la cantidad de cenizas recogidas en la Nit de la Cremà, que ha sido de 2.290.300 kilos, lo que supone un 14,57 % menos que en 2022, aunque esta disminución se explica por el hecho de que el año pasado, la cremà se vio muy afectada por un proceso de lluvias, que incrementan el peso de las cenizas.
El concejal ha felicitado a los trabajadores y trabajadoras de los servicios de limpieza, ha agradecido la colaboración de los colectivos falleros y ha destacado las campañas de sensibilización y formación impulsadas desde el Ayuntamiento.
EL MODELO DE FIESTA Y LA TASA TURÍSTICA
Campillo ha pedido “serenidad a la hora de analizar qué modelo de fiestas queremos, a la hora de plantear un debate sobre el futuro de las Fallas”, ha advertido en contra de “hacer análisis en caliente”, y ha destacado el éxito de las fiestas de 2023, “las primeras fallas sin restricciones desde 2019, que han demostrado la capacidad de organización de València”.
“Tenemos que hacer una reflexión, pero en general; no solo sobre las Fallas, sobre el modelo de ocio que tenemos, sobre el consumo de alcohol, como sociedad”, ha argumentado Campillo, quien ha destacado la “magnífica recuperación de la ciudad, especialmente del sector de la hostelería”.
Ha apuntado la necesidad de replantear la organización de las verbenas por la ciudad, y ha citado la propuesta realizada en su día del programa Germanor, para concentrar la celebración de estas convocatorias.
Finalmente, ha subrayado “la necesidad de que València implemente la tasa turística de cara a 2024, para que cada visitante, igual que en toda Europa, en Baleares o en Cataluña, deposite unos 2 o 3 euros por noche para contribuir al mantenimiento de los servicios públicos de la ciudad”.
“Es necesario que las personas visitantes sean conscientes también de su impacto en la seguridad, en el medio ambiente, en la limpieza y en todos los servicios públicos que ofrece la ciudad”, ha concluido.
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