Rosario Marco. EPDA228 vidas, 228 sonrisas y 228 corazones que dejaron de latir. La mayoría fallecieron antes del insultante aviso. 228 familias desamparadas y rotas de dolor. Todas movidas por un firme compromiso: dignidad y justicia para las víctimas mortales de la Dana.
Aquel fatídico 29 de octubre se nos estremeció el alma a todos los valencianos y valencianas. Miles de manos solidarias llegaron de todos los rincones de España. Unidos bajo el fango. Testimonios devastadores. Miradas llenas de sufrimiento ¿Qué hicieron aquellos que inundaron nuestros buzones de promesas electorales?
Nos abandonaron al amparo errante del mañana. Nos mintieron con múltiples versiones. Pero esas 228 víctimas mortales les siguen pareciendo insignificantes. Poca cosa para pedir perdón, asumir responsabilidades y marcharse. Nos han deshumanizado. Somos cosas.
Lo que la Dana se llevó se extiende hasta el infinito. Más allá de las vidas que se cobró y los incalculables daños materiales, arrasó con la escasa credibilidad política que quedaba. Desterró la confianza en las diferentes administraciones públicas implicadas. Evidenció que la negligencia tiene nombre y apellido. Mazón a mesa y mantel en El Ventorro. Mientras morían los valencianos con el agua al cuello. Sánchez solicitando que le pidiésemos ayuda. Adiós a la obligación moral y legal del deber de auxilio y socorro. Esta es la tropa que dice tener vocación de servicio público.
Culpables los que alertaron tarde y mal. Culpables los que no nos socorrieron. Culpables TODOS por no ejecutar las infraestructuras hidráulicas necesarias. Cómplices los que callan, cuentan medias verdades o miran hacia otro lado. Perversos los que insultan como José María Llanos VOX a las asociaciones de las víctimas por acusarles de ser “verdaderos interesados”. Fuera ya de las instituciones.
Un colosal manojo de sinvergonzonería que lucha por sacudirse las culpas en la batalla del relato. Y nada sucede. 228 muertes son insuficientes para que dimitan ¿Cuánto vale una vida para ellos?.
Desconozco si en el caso que nos ocupa podemos hablar de homicidio imprudente dentro del Derecho Penal. La jueza de Catarroja encargada de la instrucción dice que “los daños materiales no se podían evitar, las muertes sí“. No dejaré de repetir: el 29-O murieron 228 inocentes para recordar SIEMPRE que confiar la gestión de #DANAVALENCIA a personas incompetentes trajo consigo el abandono y muchas muertes evitables.
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